Aquel día jueves Michael llevó a Calum para que se quedara a dormir en su casa, su madre no se opuso, sin embargo puso como condición que la habitación estuviese ordenada, de lo contrario ninguno tendría permiso para salir de fiesta. Ambos chicos aceptaron aquella condición de forma obediente y es que debatir con la madre de Michael, era muerte segura.
─ ¿Entonces... Qué sucedió? ─Preguntó el teñido al moreno mientras ordenaba la ropa que había en el suelo de la habitación, el moreno le miró sin comprender del todo a qué se refería Mike por lo que este volvió a hablar─ ¿Por qué me besaste? ─Aclaró, Calum se quedó pensando leves segundos encontrando una respuesta adecuada en su mente.
─ Simplemente quise hacerlo, son besos de amigos. ─Sonrió el chico recogiendo los variados peluches de Michael el cual simplemente rió divertido.
Entre ambos sacaron las sábanas azules del teñido para ponerlas de manera correcta sobre el colchón y es que a veces la pereza de Michael era tanta que siquiera ocupaba su cama para dormir, ocupaba el piso, su escritorio e incluso a veces se dormía en el suelo del baño.
─ Mike la estás poniendo mal. ─Regañó el moreno al ver lo torpe que era el chico poniendo el lado elástico de las sábanas. Michael mostró el dedo de en medio y siguió con su difícil trabajo.
─ Está bien así que cállate y ayúdame. ─Espetó el mayor siguiendo con lo que hacía, una vez que lo logró, aunque de manera errónea observó a Calum con una mueca en el rostro─ ¿¡Ves!? ¡Te dije que estaban mal! ─Recriminó el teñido al morocho, ganándose un golpe por parte de este.
─ Deja de joder y pone la mierda de una vez. ─Ordenó el morocho, Michael asintió entre risas.
Cuando la habitación por fin estuvo ordenada los chicos comenzaron a desvestirse y es que ambos dormían solamente en ropa interior. Michael fue quien se recostó en el rincón y Calum en la orilla, ambos quedaron observando el techo, aún era temprano.
─ ¿Tienes cerveza? ─Preguntó de pronto el morocho, Mike le observó con una sonrisa mientras asentía.
El teñido se levantó con sigilo hasta la cocina para sacar unas cuantas latas de cerveza. Al llegar a su habitación pudo escuchar la música de Nirvana, lo cual le causó una enorme melancolía y es que años atrás, sus dos tíos por parte de madre y padre, eran de cierta manera mejores amigos y cada noche luego de las tocatas corrían en busca de pleitos hasta llegar a la misma habitación en la que él habitaba actualmente, y en esta se refugiaban del mundo entero escuchando la misma música con sus latas de cerveza en mano.
