Le gustaba trabajar con su padre porque recorría gran parte de la ciudad y él aprovechaba de tomar hermosas fotos las cuales luego compartía en alguna red social. El auto recorría las calles de la ciudad mientras en la radio se escuchaba Can't Stop de Red Hot Chili Peppers, su padre cantaba la canción con tal pasión que en los semáforos cuando daba la luz roja, los otros conductores le quedaban observando de alguna extraña manera, a Michael no le incomodaba ni le disgustaba ese lado de su padre, es más, amaba que su padre tuviera esos arranques de locura, le hacían reír.
El auto se estacionó en un lugar no tan concurrido por lo que su padre le dijo que no observara a nadie, que tampoco sacara fotos y no abriera las puertas del automóvil hasta que él llegara. Michael no tenía problema en seguir esas instrucciones tan fáciles, pero le ponía los nervios de punta el hecho de que su padre se estaba demorando bastante y entonces su mente, que al parecer le odiaba profundamente, comenzó a imaginar mierdas que incrementaban aún más sus nervios.
De pronto observó el cuerpo sin vida de su padre, manchado en sangre, sus ojos se llenaron de lágrimas pensando en qué debía hacer, se sentía ahogado, necesitaba gritar y el sonido de la puerta abrirse le llevó nuevamente al mundo real. Allí estaba su padre con una sonrisa viendo que los espejos estuviesen en su lugar para luego de eso, emprender camino al siguiente lugar que visitarían en esa mañana fría de día martes.
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Cuando todo terminó ambos llegaron a la casa, Liam, el pequeño hermano de Michael se lanzó contra este en un efusivo abrazo. Michael correspondió algo agotado y luego fue a su habitación para poder dormir, necesitaba hacerlo, de lo contrario tomaría su móvil y mandaría a Alice a la mierda por no abrirle la puerta ya que probablemente se quedó dormida.
Durmió por media hora y su madre nuevamente entró a su habitación irrumpiendo su estabilidad, suspiró agotado pensando en que pronto todo pasaría, ya cumpliría los dieciocho.
─ ¿Me escuchaste? ─Preguntó la mujer, Michael se metió bajo las sábanas por el frío y sacó solamente su mano para dar una repuesta afirmativa aún cuando no había escuchado nada.
