Al siguiente día, aquella mañana de miércoles se despertó temprano y emprendió marcha a la casa de Ashton, ya que habían quedado de acuerdo la noche anterior para ir al centro. Michael se había puesto el uniforme del establecimiento y es que le daba pereza volver del centro a cambiarse.
El recorrido no tardó más de veinte minutos, Mike bajó del autobús y caminó hasta la casa de Ashton que quedaba del otro lado de la calle. Golpeó la puerta quizá más fuerte de lo que pretendía por lo que el rubio rizado salió con un rostro somnoliento y algo molesto.
─ No hace falta gritar. ─Murmuró Ashton dejando la puerta abierta para que el teñido entrara, este así lo hizo. Se sentó en el sofá mientras esperaba a que el mayor terminara de cerrar las pestañas del notebook en donde tenía los diversos trabajos que debía realizar.
─ Hey, no te duermas, ya he terminado. ─Ashton pateó suavemente el pie del menor, quien se encontraba algo adormilado con un hilo de baba en el labio. El mayor soltó una risotada que hizo despertar por completo al menor.
Ambos salieron de la casa y caminaron a la parada de autobús mientras hablaban de temas triviales. Ashton de vez en cuando desordenaba el cabello del menor en jugarreta, Mike intentaba volver a poner el cabello en su lugar en un intento claramente en vano y al notarlo, mostraba el dedo corazón al mayor.
Eran las diez de la mañana, el autobús que ellos necesitaban aún no pasaban así que Ashton sugirió tomar otro que les dejaría cerca. El autobús estaba lleno, por lo que ambos tuvieron que irse de pie mientras hablaban sobre la banda entre otras cosas. Hubo un minuto de silencio en donde Mike aprovechó para molestar al rubio mayor.
─ Eres un malvado, me obligas a hacer fuga, mala influencia. ─Reprochó Michael en un tono lleno de falsa inocencia, Ashton al comienzo sonrió pero al percatarse de las miradas de las demás personas, la sonrisa se borró.
─ No digas eso, se puede malinterpretar. Estoy con traje y tu con uniforme. ─Murmuró Ashton, Michael rió divertido y siguió molestando bajo las miradas de las demás personas que se encontraban en el autobús. Ashton por su parte daba golpes suaves al menor o le desordenaba el cabello en forma de venganza.
