A pesar de que estaban todos recostados, ninguno dormía. Mantenían conversaciones carentes de coherencia e incluso cantaban canciones sin sentido.
─Corazón de melón, melón, melón, melón. ─Cantaba Meg y Ashton entre risas. Michael analizó la canción con detenimiento.
─¿El melón tiene corazón? ─Preguntó el pelirrojo con una seriedad tremenda.
─Sí, de hecho la mejor parte del melón es el corazón de la sandía. ─Explicó Calum con la misma seriedad en medio de la oscuridad, de pronto Ashton se detuvo a analizar palabra por palabra, la oración recientemente dicha.
─¿De la sandía? ─Interrogó el rizado entre risas, ganándose un golpe por parte del moreno.
En medio de la oscuridad se escuchaban solo las risas que conforme pasaba el tiempo, se fueron apagando hasta caer en el profundo sueño.
Eloy mantenía su brazo enredado bajo la cabeza del muchacho de rojo cabello, este estaba cómodamente ocupándolo como almohada hasta que el mayor hizo un movimiento brusco ahorcando al menor. Michael se quejó y entonces el mayor algo adormilado quitó su brazo para no ahorcarle nuevamente.Faltaban sólo cinco minutos para las diez de la mañana, la alarma de Michael no dejaba de sonar despertando a todos a excepción del pelirrojo quien era el que principalmente debía despertar.
─Mike, son cinco para las diez. ─Eloy movió al pelirrojo.
─A las ocho y media me levanto. ─Habló totalmente adormilado el menor, Calum quien estaba despierto de hace un rato y se mantenía dando caricias en el pecho a Ashton, comenzó a reír estruendosamente.
─Michael despierta ya. ─Eloy le empujó y el teñido por fin despertó, observó la hora y al ver que iban a ser ya las diez se levantó rápidamente sin siquiera percatarse si pisaba o no a alguien.
Tomó sus bototos y con prisa se los puso mientras Emy reía por su cabello todo despeinado. Michael tomó su chaqueta se la puso y partió al baño para lavar su rostro, al salir le pidió a Eloy que le fuera a dejar, este con pereza aceptó.
Salieron de la casa de Calum y caminaron hasta la de Mike, ambos chicos parecían dos zombies recién sacados de alguna serie de horror. Sus rostros ojerosos y pálidos asustarían a cualquiera.
─En la madrugada casi te maté. ─Rió Eloy.
─¿Por qué? ─Interrogó el menor.
─Casi te ahorco. ─Respondió entre risas el mayor, Michael le imitó sin embargo le mostró el dedo de en medio con gracia.