Caminaban por los pasillos de aquel lugar, observando las variadas vitrinas con diversa joyería en ellas. Michael había comprado bastante piercings y ahora estaba buscando algún collar o anillo para su madre y es que hacía poco, le había visto realmente decaída y sabía que con algún regalo de ese estilo se sentiría bien.
─ Es tan difícil encontrar algo para tu madre, ella es tan glamurosa. ─Suspiró Eloy observando alguna joya que quizá pudiese gustarle a la madre de su amigo.
─ Tus padres son bastante estrictos, ¿Cómo es que te han dejado ser así? ─Preguntó Ashton entrando a una de las tiendas en donde habían variados anillos, sin embargo ninguno del estilo de aquella mujer.
─ No fue fácil, cuando llegué con el pelo rosa se querían morir. Además igual recibí muchos golpes y castigos pero ¿Qué más da? Al fin y al cabo, soy un chico rudo. ─Explicó el menor, haciendo reír a los otros dos por los que les mostró el dedo de en medio.
Finalmente Michael terminó comprando una pulsera bañada en oro, bastante bonita a los ojos de los tres chicos sin embargo, Michael no estaba aún seguro de que a su madre le gustaría, esperaba que sí.
─ ¿Vamos por helados? ─Preguntó Michael, ambos le miraron con rareza y es que el frío les estaba congelando los huesos.
─ Prefiero un jodido café. ─Opinó Eloy secundado por Ashton, Michael les observó y suspiró.
Al final fueron tres coca colas.
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Era ya tarde, el cielo estaba bastante oscuro por las nubes, el lugar era solamente iluminado de forma tenue por los faros, era perfecto para algún atraco por lo que Mike había quedado en medio de ambos muchachos, a veces sentía que le protegían demasiado. De pronto, la gente había comenzado a reunirse nuevamente por el espectáculo de un para de bailarines adolescentes, Mike amaba ese tipo de arte, le encantaba salir de noche y recorrer las calles de la ciudad observando el arte callejero.
Iba caminando en dirección a donde estaba la gente reunida, sin embargo fue detenido por Eloy.
─ ¿Podemos ver un momento? ─Preguntó el menor con el rostro ilusionado, Ashton negó.
─ No, es tarde y se oscurece. ─Fue la razón, Michael pareció comprenderlo pues siguió el camino junto a los otros dos aunque Eloy le mantenía sujeto del cuello del poleron por el teñido decidía escapar.
Al llegar a casa Michael fue de inmediato a mostrar lo que había comprado a su madre, esta se encontraba durmiendo por lo que somnolienta, se sentó en la cama. El chico le mostró la pulsera, la mujer pareció dudar y entonces Michael supo de sobremanera que no era lo que su madre quería.
─ Si no es de tu gusto, puedo quedarmela yo o se la doy a alguna chica. ─Puso como opción el teñido para evitar de alguna manera sentir el rechazo de su madre, y aunque tenía la pequeña esperanza de que su madre le dijese que se la quedaría de igual manera, aquello no llegó así que el muchacho terminó llevándola él en su muñeca izquierda junto al infinito que su abuela le había regalado.