Durante el domingo por la tarde Calum comenzó a joder al teñido por mensajes para que hicieran un jodido trabajo para la clase de ética. Para gran parte de las personas el hecho de que hicieran ética era cómico y es que todo el tema de la ética, la moral y esas mierdas se habían perdido hace ya tiempo.
Mikey 🍕: Te mandaré información durante la tarde.
Calum 🙊: Ya es tarde.
Mikey 🍕: Pero a mi tiempo, adaptate.
Calum 🙊: ¿Por qué?
Mikey 🍕: ¿Por qué no?
Calum 🙊: No voy a hacer algo sin una razón.
Mikey 🍕: Es simplemente porque lo haré a mi tiempo por lo tanto te comenzaras a estresar solo si no me sigues. Lo hago por ti, Cal. 💕
Calum 🙊: Gracias... Supongo.
Probablemente la peor idea del mundo era adaptarse al tiempo de Michael y es que estaba realmente estresado con la disertación que debía presentar con Lily y más porque esta estaba demasiado ocupada con su hijo, así que no podía exigirle mucho aún cuando por dentro se moría de ganas de gritarle.
Finalmente terminó por fumar los cinco cigarros semanales para de esta forma intentar relajarse aunque también sacó el ron de su padre para beber unos cuantos vasos y poder simplemente olvidar todas las mierdas.
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El resto de la semana fue pasando relativamente normal, sin embargo aquel miércoles fue un día realmente gris para Michael y es que de pronto en una de las clases de administración una chica de cabello castaño se había sentado con él ya que la había marcado como su nuevo juguete bajo la mirada divertida de sus amigos.
Ella era una chica aplicada, alguien con un futuro prometedor como la mayoría de aquel salón y aún así, al estar al lado del teñido, no hizo nada más que escuchar música del móvil de Michael y a la vez, hablar con este último.
Michael se percató entonces que él era una mala influencia para sus amigos.
─ Ve a hacer la tarea o te regañaran. ─Murmuró el pelinegro, la muchacha se levantó para irse a los asientos de adelante en donde a pesar de que hablaba con sus amigas, hacia la tarea.
El teñido entonces quedó atrás solo, observando los movimientos que sus compañeros de clase hacían y aunque siempre quiso permanecer ciego ante aquel detalle, ya no podía ocultarlo y es que se había mentido tanto tiempo creyendo que todos eran sus piezas que ahora realmente le molestaba el percatarse que su juego estaba destruido, que todo había sido una mentira, que nadie pertenecía a su juego y que probablemente él era una pieza más para alguien de aquel lugar.
Suspiró con amargura, en ese minuto realmente comenzó a desear desaparecer.
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Al llegar a su casa saludó a sus padres y entró directo a la habitación cerrando la puerta con seguro, abrió la ventana y prendió lo que quedaba de un cigarro que ocupaba de repuesto. Siempre fumaba uno por cada día de la semana pero el domingo, gracias a Calum, acabó con todos en menos de una hora.
Mientras observaba las estrellas, comenzó a preguntarse que tanto daño causaría el hecho de irse sin retorno.
Suspiró y mientras pegaba una calada a su cigarrillo, tomó su móvil para mandar un mensaje a una de sus amigas.
No se conocían en persona y es que el teñido no era mucho de entablar amistades. Sin embargo aquella muchacha de aspecto dulce le había brindado ayuda cuando él había caído, y desde ahí prometieron que se irían a vivir juntos en un futuro cuando ambos lograran tener dinero.
