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Un sábado frío de invierno Michael recibió un mensaje de Luna diciendo si podía ir a recoger a su novio en la parada de autobús. Michael suspiró mandando una respuesta afirmativa, y entonces se vistió con algo simple para salir, no sin antes tomar sus llaves pues sus padres no estaban.

Caminó a paso lento observando el camino sin verdadero interés hasta que llegó a la parada, allí había un chico más alto que él, cabello corto y negro con algo de barba, llevaba una polera ancha y unos pantalones negros ajustados con botines militares.

─¿Jean? ─Preguntó el más bajo.

─¿Mike, verdad? ─Interrogó el otro de vuelta, el teñido asintió─ Creí que serías más... Alto.

─Lo bueno viene en frascos pequeños ─Se defendió el más bajo algo apático.

─Así veo ─Sonrió el mayor, Mike le ignoró.

Ambos llegaron al hogar de Luna, Michael tenía la copia de la llave de esa casa así que entró encontrándose con la joven sentada en el sofá. Tenía su largo cabello atado en una trenza, llevaba unos pantalones negros rotos y una camisa azul. Michael la saludó y luego se despidió del joven no sin antes amenazarlo.

─¿Por qué no te quedas? ─Interrogó Jean siendo apoyado por la joven.

─No me gusta hacer mal tercio, lo siento ─Respondió con una sonrisa.

La noche llegó rápidamente aquel día, Michael estaba tirado en la cama cuando de pronto sintió su móvil vibrar, era un mensaje de Jean. Le respondió por cortesía y siguieron así hasta la madrugada, hablando y hablando sin que se acabaran los temas de conversación.

Se hicieron buenos amigos, y se juntaban los tres de vez en cuando. Luna observaba el apego que Jean tenía con Mike y no podía evitar sentir celos, le molestaba incluso la presencia de Michael en su casa y entonces un día cualquiera explotó.

Dijo una infinidad de cosas feas, palabras hirientes dirigidas al teñido quien terminó hecho bolita en un rincón de la habitación llorando a mares. Jean regañó a la muchacha y fue a consolar al menor, este en cambio salió corriendo hacía su casa.

En la noche Michael recibió un mensaje de la joven pidiendo disculpas, él las aceptó pero nada volvería a ser como antes.

Los meses fueron pasando hasta que llegó el cumpleaños de Luna, en donde fueron varios amigos y Michael llevó a Eloy a este. Estaban todos riendo a carcajadas a excepción de Luna, quien intentaba con dificultad leer los labios de todos a la vez sin gran resultados por lo que se mantuvo gran parte de la noche molesta y aún más al ver como Jean no dejaba de coquetear con una de sus amigas.

MIKE IS A CAT (ฅ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora