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A Michael ya no le gustaba asistir a clases, ni siquiera por sus amigos y es que de alguna manera sentía que sobraba, no tenía dónde llegar, no había alguien que fuera un hogar solamente para él, ni siquiera Luke.

Despertó tarde, la noche anterior se había quedado viendo anime y jugando hasta bastante tarde por lo que no le sorprendía para nada el hecho de que estaba muriendo del jodido sueño.
Tomó sus toallas y caminó directo al baño, saludando a su abuela por el camino quien estaba de visita.

Se desnudó observando su reflejo en el espejo, probablemente una palabra que definiera todo lo que él veía en ese momento era simplemente: Asco.
No importaba si lavaba y lavaba hasta ver su piel enrojecer, la suciedad seguía allí y las marcas de las manos invisibles de aquel hombre él seguían allí, aún recordaba aquel viernes veintitrés de octubre como si fuese ayer.

Sus lágrimas comenzaron a caer y es que no aguantaba más, todo el mundo le pedía controlarse pero nadie se ponía en su jodido lugar, nadie era capaz de entender lo que él estaba sintiendo, necesitaba ayuda pero era inútil y aunque su madre le había prometido ayuda, ella no quería molestar a su marido con el tema de su hijo.

Estaba solo, como todos.

El agua corría por su cuerpo, él arañaba sus brazos intentando quitar la suciedad imaginaria pero nada salía, esta estaba incrustada.

×

Caminaba tranquilamente por la calle exhalando de forma relajada el humo de aquel cigarrillo casi consumido. Pasos antes de entrar al establecimiento, lo tiró al suelo para apagarlo.

Frente a él iban tres chicas, Michael les habló de forma amable, sabía como hacerlas caer.

─ Disculpen, ¿Se me ve el cabello verde? ─Preguntó, las chicas le miraron analizándolo para finalmente asentir levemente─ ¿Pueden ayudarme a cubrirlo?

─ Claro. ─Contestó una de ellas peinando al chico para que sus mechones verdes no se vieran─ Creo... Creo que ya está. ─Mencionó finalmente.

─ Muchas gracias. ─El chico sonrió, las tres chicas también lo hicieron.

─ No te preocupes, por cierto tu cabello es genial. ─Fue lo que dijo otra de ellas, Mike sonrió algo avergonzado.

─ Oye, apestas a cigarro, ten. ─La tercera chica le ofreció perfume y aunque era de chica, Michael no dudó en ocupar un poco.

─ Enserio muchas gracias. ─dijo el teñido finalmente antes de irse.

Entró al establecimiento encontrándose con el hermoso rostro de la rectora, esta le quedó mirando y le llamó. El teñido se acercó con pereza, sabía que por algo le jodería.

A penas se acercó, la mujer le tomó del pelo para verificar si aún lo tenía verde y al comprobarlo su enojo se desató.

─ Hace más de un mes que te estoy diciendo que tintures ese pelo. ─Reclamaba la mujer, Mike intentaba calmarse y no responderle, si lo hacía estaba cavando su propia tumba.

Michael fue llevado hacia la oficina del inspector donde se suponía que llamarían a sus padres y le suspenderían sin embargo cuando el inspector llegó, le saludó de forma alegre.

─ ¿Qué ha sucedido? ─Preguntó el hombre, Mike iba a responder pero la mujer se adelantó.

─ Este joven hace ya tiempo no se tintura el cabello y está contra las reglas. ─Explicó la mujer, el hombre mayor miró al malteñido quien tenía un rostro triste, pura actuación, claro pero era convincente.

─ Pero ni se le nota, dejalo así no más. ─Fue lo que sentenció el hombre.

─ Es que aunque tiña y tiña, se va el color y antes era peor. ─Acotó el muchacho intentando no sonar titubeante, no le temía a los inspectores, más bien a la paliza que su padre le daría si se metía en problemas

MIKE IS A CAT (ฅ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora