Aquel domingo el rubio y el teñido habían quedado de acuerdo en juntarse en la casa del primero a ver películas. Michael iba tarde como siempre y Luke le había ido a buscar solamente para prevenir que el teñido se perdiera por el camino, al llegar a casa fue el padre del rubio quien abrió la puerta saludando al teñido quien por primera vez se sentía tan nervioso, saludó a la madre del rubio también y fue directo al sofá, los hermanos del rubio salieron a saludar también al chico y se sentaron en los sofás restantes. La familia completa, incluyendo al gato que semanas antes había sido recogido por ambos chicos, se encontraba sentada en los sofás observando la película y en cada corte, la madre de Luke se levantaba a hacer alguna cosa en la cocina y cuando llegaba se dedicaba a interrogar a Michael quien estaba realmente muriendo de nervios.
La tarde pasó relativamente rápida, Michael no quería irse de la casa del rubio y es que se sentía menos sólo de lo usual, sin embargo si llegaba un jodido minuto tarde, su padre se enfadaría y lo que el teñido menos quería hacer era sentir los gritos de su padre, cada vez aguantaba menos.
Luke lo encaminó hasta la parada de autobús y es que a pesar de que podía ir caminando, era tarde así que prefirió tomar el autobús. Justo antes de subir al transporte besó los labios del rubio de improviso y subió sin siquiera esperar respuesta de este. Luke esperó a que el autobús partiera para poder irse a casa nuevamente, Michael le observaba por el vidrio con una sonrisa tonta en el rostro.
Cuando llegó a su parada, bajó y caminó a paso lento hasta su casa, haciendo cariño a uno que otro perro callejero de los que a veces alimentaba. Al llegar a su casa saludó a su familia, tomó sus toallas y de metió de inmediato al baño para ducharse.
Escuchaba a su madre gritarle desde fuera del baño si estaba bien, sin embargo Michael la ignoraba cantando a todo pulmón alguna canción en sus vagos recuerdos, las lágrimas caían sin razón alguna sobre sus mejillas o probablemente habían bastante razones que él decidía ignorar.
