Los días pasaron rápido, de tal modo que quedaba sólo una semana de vacaciones y luego tendrían que volver al lugar de adiestramiento. Era ya domingo, Michael estaba ordenando su habitación ya que Luke le visitaría ese día, la relación entre ambos era bastante buena y es que cada noche en la que ambos sufrían de insomnio se la pasaban hablando de variadas estupideces hasta dormirse, aunque era Luke quien caía primero, Michael se mantenía despierto hasta las cuatro o quizá cinco de la madrugada, e incluso habían noches en las que él no dormía absolutamente nada.
Se encontraba ordenando sus viejos cuadernos, encontrando uno que otro escrito propio, poemas, composiciones y alguna carta sin destino en dónde él rogaba por ayuda, ayuda que probablemente no llegaría. A pesar de que su madre le había prometido que le llevaría a un psiquiatra y que le ayudaría, la promesa quedó en el aire cuando Liam, el menor de los hermanos, enfermó gravemente. Michael no la culpaba, es más probable morir por una enfermedad física que mental.
Últimamente a causa del insomnio que padecía, durante el día le costaba concentrarse y a menudo olvidaba las cosas ganándose un regaño por parte de su madre y el típico sermón de que ella tenía cosas más importantes en la cabeza, Michael reía pero sentía ganas de llorar al mismo tiempo.
Entre suspiros terminó de ordenar su habitación, se vistió rápidamente y salió a buscar a Luke para aprovechar de comprar nuevo tinte.
─ Siete minutos tarde. ─Regañó el rubio a penas le vio, Michael le abrazó.
─ Lo siento. ─Murmuró el teñido, Luke sonrió desordenando el cabello del más bajo en un gesto cariñoso.
Caminaban tranquilamente hasta la casa del teñido, antes de llegar pasaron a un negocio para comprar frituras. Cuando finalmente llegaron a la casa de Mike fue Deniel quien les abrió la puerta ya que Liam se había escondido para darles un susto, Mike avisó a su madre que habían llegado y se dirigieron a su habitación. Se tiraron en la cama con el notebook para buscar música, vídeos graciosos o alguna mierda que se les ocurriera en el minuto.
─ Veamos alguna película de terror. ─Sugirió Michael de pronto.
─ No me gustan, no dan miedo. ─El rubio hizo una mueca.
─ Me da más miedo los gritos que dan las personas. ─Murmuró Michael, Luke rió, de pronto sintió unas ganas enorme de besar al más bajo y no se contuvo.
Tomó al muchacho de su cintura y lo sentó sobre sus piernas para poder besarlo mejor, deleitándose con esos labios de color rojo, de aspecto apetecible.
La puerta sonó de pronto, ambos se separaron, Michael se levantó a abrir encontrándose con su padre.
─ Les he traído bebida. ─Sonrió el mayor, Luke y Michael se observaron y sonrisas llenas de complicidad se formaron en sus rostros.
Deniel y Liam son hermanos menores de Michael.
Deniel tiene como 13 años más o menos y Liam 4
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