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Hemos decidido conseguir pasteles de Luna y algo de té, antes de volver al lugar donde me hospedo.

No se a ciencia cierta si es un hotel, una posada o una simple casa familiar, pero es cómodo, simple y no muy ostentoso.

No es algo a lo que estoy acostumbrado, y eso hace que me encante aun más este experiencia.

Cuando Louis entra a mi habitación, se sienta en la cama, cruzando de la puerta hasta el borde de esta como un gato astuto y elegante.

Voltea hacía todos lados y se aparta el cabello de la cara con la misma petulancia de un minino mimado; es muy interesante de observar.

Sin embargo es un espectáculo en miniatura del cual disfruto muy poco, pues lo dejo solo por unos cuantos minutos mientras me organizo en la pequeña cocina.

"Tu no estas acostumbrado a tanta simplicidad" comenta casual, luego de un rato.

Le volteo a ver desde la cocina, donde ya me ocupo de poner el agua del té a hervir.

Decido sabiamente aceptar su singular forma de ser. "¿Cómo lo sabes?"

Él sonríe como si hubiese estado esperando esa misma pregunta. Observa a su alrededor una vez mas y después estira un brazo, apuntando con gracia hacia mi pila de equipaje.

"Tu ropa."

"¿Qué hay con ella?" Respondo con otra pregunta, mientras me le acerco con un plato de pasteles de Luna entre las manos.

"Casi toda esta fuera de las maletas. Las restantes continúan dobladas, pero a la vista, junto a tus zapatos. Eso se hace solo si se espera un botones."

Louis sonríe mas y vuelve sus azules ojos hacia el pequeño baño en la esquina mas lejana de la habitación.

"Has traído tus propias toallas de baño, por miedo a las chinches. Y esa botella de vino tinto en la cocina se ve como una cebra en una manada de lobos, por lo que supongo que has ido a un supermercado y te la has conseguido al ver que este lugar no te recibe con la usual botella de champán."

Sonrío. Es observador. No tenía idea de cuanto hasta ahora.

"Y además," añade al final, "esta cama esta perfectamente hecha por lo cual pienso dos cosas:
O tienes un don para tender la cama, o simplemente tu refinada espalda no soporto el dormir sobre un colchón sobre el suelo."

El dejo burlesco y sarcástico en su tono me atrapa. Sonrío, encantado con la pequeña sesión de "Pongamos-en-evidencia-a-Harry."

Tomo asiento a un medio metro de sus pies,en el suelo. Le dedico una mirada divertida antes de hablar.

"Todo es cierto, a excepción de la cama" digo, aún sonriendo.

"Entonces es verdad" dice, soltando una risita. "Tienes un don con las camas."

"Podría decirse" suelto, observando la textura de los pasteles sobre el plato, que he dejado a su lado en la fama antes de sentarme.

Louis ríe y suspira. "¿Y tus hijos ya han aprendido a hacer la cama por su cuenta o sigues compartiéndoles tu don?"

Me congelo.
Soy muy expresivo, y aún en momentos así, no controlo mis expresiones.
Mis cejas se alzan, mis ojos se abren y mi mandíbula se desencaja.

"¿Cómo....?"

"Tu tono siempre es suave y paciente cuando hablas, y eso no se desarrolla a menos que se conviva con pequeños. Además de que los tatuajes en tus brazos y la foto de ellos en tu billetera es algo obvia."

"¿Cómo sabes de la foto?"

"Tu billetera se cayó apenas llegamos y se ha abierto. Fui un poco curioso, perdona."

Yo sonrío y la tomo de sus manos. Esta bien, no me molesta en realidad.

"No hay cuidado."

Ambos nos vemos sin decir nada por algunos segundos.

"¿Qué?" pregunta Louis, riendo.

Niego. "Creí que los tatuajes eran sutiles."

"Lo son. Solo pensé que al tener dos iniciales tatuadas en el brazo se debía a tus hijos y no a tu matrimonio."

Asiento, pasando una mano por mi rostro. "Los amo muchísimo."

"¿Cómo es que no me los has presumido? Cada padre que conozco trae a sus hijos a colación cada que puede."

Muerdo mi labio y simplemente se que mi semblante muestra mi ligera  tensión ante el tema.

"Podemos hablar de otra cosa. No pienso insistir" me habla Louis, estudiando mi rostro.

Niego nuevamente, volteándole a ver. "Solo diré que... mi relación con ellos no es muy buena."

"Entiendo."

"No, no lo haces."

"Cierto, no lo hago. Pero entiendo lo que es sentirse rechazado por alguien a quién amas."

El lamento de la tetera sobre el fuego anuncia el punto cúspide del té y el fin de la conversación.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora