< 17 >

2.7K 474 153
                                    

La verdad es que si yo fuese mi hija en este momento, también estaría enojado.

He dormido hasta las 10 de la mañana y además de tenerlos sin desayunar, me había olvidado por completo del proyecto de Lucas.

Y de la maldita pijamada que tendría lugar en mi casa.
Mi casa, la que tiene reliquias y regalos valiosos de mis viajes.
Que son fáciles de romper.

Oh, los sacrificios que hago por mis hijos.

Luego de pasar casi toda la tarde fuera comprando cosas, llegamos a casa y todos entramos en modo velociraptor—la forma que Lucas tiene para decir que vamos muy rápido.

Lucas y Grace limpian lo que pueden mientras yo me encargo de hornear pastelitos, lavar frazadas y decorar la habitación de Grace.

"Papá, ¡somos cinco, no treinta!"

"Nunca se tienen suficientes pastelitos" digo, con las manos en mis caderas.

"Déjalo, Gracie. Si no las quieres tu, me las como yo" interviene Lucas muy decidido.

"¡Tu no vas a tener ninguna, gordo!"

"¡Gorda tu que no compartes!"

"¡Niños!" llamé severo, "Vayan a limpiar" suavice mi tono.
"Quién termine más rápido puede quedarse con más pastelitos."

Eso fue todo, luego de allí cada quien hizo lo que le tocaba sin conflictos.

Para cuando las primeras niñas tocan la puerta, la casa huele a las velas que he encendido y yo tengo betún y harina en distintas partes del rostro.

Una vez que se juntan las cinco amigas de Gracie, yo asomo la cabeza a su habitación.
"Gracie, ¿necesitas q—?"

Un gran No de su parte me golpea la cara, acompañado de un peluche que me golpea la nariz.

Así que cuando escucho múltiples puños tocando la puerta del cuarto de Lucas, me desconcierta un poco.

He estado las dos últimas horas armando el proyecto de Lucas sobre el sistema solar—solo tiene 5 por dios, ¿que kinder deja estas tareas?— y pensé que Grace quería estar sola.

Y cuando su cara aparece detrás de la puerta, bueno, es sorpresivo.
"¿Necesitas algo, cariño?" digo, poniéndome de pie.
Grace rueda los ojos. "Mis amigas quieren que juegues con nosotras."

Yo le alzo las cejas.
"¿Qué?"

"Quieren practicar trenzar el cabello contigo" explica. "Anda, apresúrate."

Lucas y yo intercambiamos miradas.
"A mi no me veas" dice, aferrándose a sus sabanas de dinosaurios. "Sus amigas son raras."

Yo río y lo tomo en mis brazos. "Entonces acompáñame, pequeño. No quisiera ir solo en esta."

Él suspira dramáticamente y se encoge de hombros. "Supongo que tendré que hacerlo."

Yo ruedo los ojos ante su dramatismo y lo llevo hasta la habitación de Gracie. Saludamos a las niñas y me siento en el suelo con ellas.

Tal parece que no solo era practicar trenzar el pelo.

Pronto me veo con una boa rosa encima, una corona y brillo labial, mientras sostengo un perro de felpa y finjo ser una princesa.

Hasta Lucas se ve más digno que yo, usando alas de hada y ondeando un cetro rosado.

Si alguien me viera así, seguro sería el fin de mi autoestima.
Pero todo vale la pena, porque la sonrisa agradecida en la cara de Grace es mi recompensa por la humillación.

Y yo viviría vestido de princesa rosada con tal de verla sonreír.

__________

Las niñas se fueron antes de las doce; terminó siendo una pseudopijamada, pues tenían clases al día siguiente.

Sus amigas me amaron.
Mis hijos parecían muy satisfechos con su día.

Y honestamente, el beso que Grace me da en la mejilla antes de irse a dormir me enternece, pero el gran abrazo que Lucas me da cuando termino su tarea, es lo que hace que mi corazón salte de alegría.

__________

Liam ha llamado.
Tengo que partir a Roma en la mañana.

Hoy es mi última noche con los niños.
Me siento tan culpable.

La ausencia en sus vidas me ha golpeado de repente; no he estado muy lejos jamás. Pero ese tiempo fuera de sus vidas fue suficiente para dejarles una marca.

Y ahora que parecen haberme perdonado un poco, me duele irme.

Pero no puedo hacer mucho.

Cuando Tristán llega a las 5 de la mañana por ellos, yo se los entrego con lágrimas reprimidas y habiendo repartido besos a mis niños antes de irme.

Ambos están dormidos cuando el auto arranca, por lo que no notan que se están alejando de mi.

Solo espero que ambos encuentren las cartas que he escondido en sus mochilas y que, a pesar de ser pequeños, entiendan que este es mi trabajo y no puedo hacer mucho ante ello.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora