the soles of our shoes are all worn out || l.s

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Pasan aproximadamente unas tres semanas.

Harry ha hecho lo imposible: encontró a Louis cuando se estaba escondiendo.
Zayn no sabe que pasará entre esos dos, pero las fotos que Harry envía de Louis, le dan una pista.

El moreno trata de concentrarse en el trabajo y en la felicidad ajena para no pensar en Liam, que hoy cumple con su ultimo día en la oficina.

El castaño fue firme en su decisión de cambiar de sector, y Zayn continuaba sin poder dormir debido a que no sabía nombrar aún sus sentimientos.

Era algo doloroso de ver, en la opinión de Perrie.
Ya no acudía a la oficina simplemente para la publicidad, tenía que admitirlo.
Le gustaba ir y meterse en el camino de Liam, forzándolo a verla.
Quería molestarlo—demonios, ni siquiera le importaba si terminaba golpeándola—,al grado de que el castaño tuviera las agallas para hablar.

Pero no estaba funcionando.
No había intentado con Zayn, porque sabía que presionarlo sería mas contraproducente que efectivo.

Pero hoy, la rubia iba enfundada en un nuevo plan.

Cuando bajo del ascensor, varias miradas se posaron en ella.
Usaba un vestido que resaltaba sus bellos ojos azules, junto con el cabello recogido.

Sus tacones hacían un ruido firme mientras avanzaba y la seguridad en su nueva estrategia, era lo que hacía que todo su look funcionara.

La chica no era muy fan de los vestidos ni los zapatos altos, pero sabía que un look femenino iba a molestar a Liam.
Era como recordarle que no podía darle eso a Zayn.

Si, era cruel. Pero tiempos desesperados requerían medidas desesperadas.

Ella sonrío apenas notó a Liam, a punto de chocar con ella mientras cargaba una caja con sus cosas.
"Jesús" exhaló Liam, cerrando los ojos. "¿No puedo descansar de ti en mi ultimo día de trabajo?"

"Me alegra verte proyectar tu odio hacia mi directamente" sonrío, falsa.

Liam la imitó. "No tengo que fingir que me agradas, porque ya no trabajo para tu novio."

"Prometido" lo corrigió, acomodándose un mechón en su peinado para mostrarle su anillo a Liam de forma sutil.

El chico quería romperle el maldito dedo y golpear esa expresión petulante fuera de su rostro.

"Como sea, fuera de mi camino" ordenó Liam, comenzando a avanzar.
Pero ella no se movió.

"Hablando de mi futuro esposo," presionó Perrie, dándose patadas internas para evitar sentir lastima por Liam, "¿sabes donde esta?"

Liam quería gritarle que se fuera a la mierda.
"¿Por qué tanta insistencia con la maldita boda?"

Perrie se encogió de hombros. "Quería que te quedara claro."

"Créeme, esta clarísimo."

"Se que es difícil no creer que tienes algo especial con alguien cuando trabajas tan de cerca por cinco años, créeme, lo se" habló la rubia, un poco perra.

Liam la vio con condescendencia. "Aww, no sabía que las putas se podían encariñar de los clientes frecuentes."

En otras circunstancias, Perrie hubiera muerto de risa.
Pero no podía romper el papel de perra maldita.

"Como sea, ¿donde esta Zayn?"

"En su oficina."

"¿Irás allí en algún momento?"