the soles of our shoes are all worn out || l.s

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La noche no se hace esperar.

Mas tarde que pronto estoy arrastrando mis pies hasta donde se esta quedando Louis. Él no me hace esperar tampoco, pues pronto esta fuera y frente a mi.

"No tenemos que salir si no quieres, ¿sabes?" dice después de un rato de andar.

"¿Por qué lo dices?" digo, volteando a verlo.

Él se encoge de hombros. "Me invite solo. Sabia que solo estabas diciéndome tus planes."

Yo sonrió. "No me molesta. Es mejor estar acompañado. Aunque casi no nos conozcamos."

El asiente, con ambas manos en los bolsillos. "Pensé que te molestaba un poco."

Yo niego, viéndolo ir por la calle mientras yo voy por la acera. "La verdad no."

"Que mal, por que lo he hecho para molestarte."

Yo le entrecierro los ojos. "¿Por eso estabas desnudo?"

El ríe con gracia. "Eh, en parte. Me gusta estar desnudo, no tengo nada que esconder."

"Ya veo" digo, pasando saliva. Eso no me alivia.
De hecho nada me alivió esta tarde. Tuve que hacerme la paja por primera vez en mucho tiempo.

Pronto llegamos a una plaza y las luces de las farolas nos golpean las caras.
El sonido de los tambores, los acordeones y las trompetas inundan las calles mientras jóvenes y adultos bailan agradeciendo la llegada de la primavera.

Es una vista muy bonita, y no puedo dejar de tomar fotos.
"No te pierdes nada" comenta Louis, cruzado de brazos a mi lado.

"Costumbre" le contesto a la vez que me vuelvo y le tomo una foto.

"¡Oye!" salta. "¡No me tomes fotos!"

"¿Por qué no? Un viaje es un desperdicio si no hay fotos."

"Si. Pero las fotos y yo no nos llevamos bien."

Yo ruedo los ojos. "De acuerdo."

Él vuelve a sonreír. "Vayamos al restaurante de un amigo."

Le acompaño, entre la masa de gente. "Tienes amigos en todos lados."

"¿Tú no?" inquiere, alzándome una ceja antes de perderse entre la multitud.
Esa acción me recuerda tanto a Grace.
Le encanta esconderse en las tiendas y preocuparme a muerte.

"Louis" llamo, saliendo a una calle más abierta.

El muy idiota esta parado a unos cuantos metros.
"Eres muy lento para tener treinta años" dice simple. "Me aburres."

Yo río. "Tengo veintinueve. Y tu no eres la compañía más simpática de todas."

Él tuerce la boca en un gesto de malicia contenida. "Oh, eso esta por verse."

Pronto le veo gritándole en italiano a un tal Stan que nos sirva el mejor vino y las mejores carnes que tenga.

La cena juntos no es tan incomoda como pensé que sería.
En China nos habíamos llevado bien, pero esto ya era algo distinto.

"¿Para que sector de la ITARC trabajas?" me preguntó, mordiendo un pedazo de alcachofa con queso.

"Para todos" digo. "Zayn tiene—"