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Cuando Louis pregunta si tengo un buen lugar para comer, no se como tomármelo.

Es decir, ¿quiere invitarme a cenar o solo se preocupa por mi?

Y si es una invitación, ¿es como colegas o como coqueteo? ¿Qué se debe hacer? ¿Qué señales busco?

Estoy oxidado.
La vida de casado tiene sus ventajas pero oh Cristo, como tiene desventajas.

Sin darle mucho rodeo, acepto.
Es tiempo de dejar de pensar demasiado las cosas. Solo hay que seguir el curso.

[...]

Al llegar al lugar que Louis ha escogido para cenar, mi estomago comienza a rugir como loco.

No lo había notado hasta ahora, pero no merendamos y ni siquiera desayune.

Afuera esta oscuro y una leve lluvia helada comienza a caer sobre las sobre pobladas calles de China.

El concurrido restaurante contrasta sus sonidos de platos tintineantes y charlas amenas con el de los claxons y los timbres de bicicleta.

Louis observa la carta con la precisión de un jugador de póquer que esta a nada de joder a sus contrincantes.
Yo, soy el pobre bastardo que no tiene idea de nada y esta a punto de ser despojado de todo su dinero.

Pronto un camarero de aspecto algo atrofiado se acerca a la mesa y hace chasquear la punta de su pluma, dispuesto a tomarnos la orden a como de lugar.

Nos pregunta en chino cual es nuestra orden para la noche.

No se porque, pero Louis responde: "Tu madre en salsa de naranjas."

Mis ojos se abren con sorpresa y temor; seguro que este hombre lo golpea.
Oh cielos, aquí vamos. Louis busca problemas y yo estoy justo en medio.

Una estridente carcajada me hace volver mi atención a mi presente; Louis y el mesero se ríen como locos. Y yo, no tengo ideas de que putas pasa.

Louis, Louis!" exclama el camarero con su marcado acento asiático.
Oi, oi!" responde Louis, dandole una palmada en la espalda.

Ambos mantienen una amena charla, y no pasa mucho antes de que Louis pronuncie unas cuantas palabras en mandarín y pronto el camarero se esta alejando con una gran sonrisa.

No se mandarín, así que no se que pasa.

"¿Qué fue eso?"

"Ese es Ling-Tao. Un amigo de hace tiempo."

"Ah."

"Le he pedido el menú especial."

Asiento. Ya ni se siquiera que decir. Louis tiene mil sorpresas.

"Harry, dime. ¿Conoces a alguien acá?"

"No. Solo a algunos nativos al pie de las montañas, pero no creo que me recuerden tan vívidamente."

Louis asiente. "Hmm, ¿no vienes seguido?"

Niego, colocando mis codos en la mesa de mantel raído. "Hace años que no viajaba, si te soy sincero."

"¿Cómo es que eres tan famoso si no viajas mucho?"

"Viaje mucho de joven. A los 19 ya me habían nominado dos veces al Pulitzer."

"¡Wow! Que increíble, entonces si que debes tener reputación."

Rio. "¿Realmente jamás has escuchado hablar de mi?"

Louis niega, viendo hacia la ventana. "No interactuo mucho con la comunidad de viajes, si te soy sincero."

Decido ser valiente. "¿Por todo lo que dicen de ti?"

Louis se vuelve a verme enseguida y siento que la he cagado.

"¿No lo sabias?"

Ríe. "Por supuesto que lo sé. Pero no me importa."

"Creo que lo que haces y quien eres, es realmente genial. Dejas tu huella a donde vas sin afectarle necesariamente."

Louis me ve y parece que el azul de sus ojos esta brillando. Vuelve a reír, mientras pasa una mano por su fachosa barba de varios días.

Le queda ese estilo descuidado. Parece una parte de él.

"Solo hago mi trabajo. Viajo, conozco, me cultivo y lo comparto. ¿No lo hacemos todos?"

"La mayoría solo lo ve como una oportunidad de viajar y de hacer dinero."

"¿Tú no lo ves así?"

"No, me gusta mi trabajo."

"Pareciera que tanta insistencia con el tema de tu fama, te hace ser uno de esos tantos."

"No insisto por egocéntrico, si eso parece" digo, avergonzado.

"Solo quiero saber porque."

Suspiro. No lo conozco. No me conoce.
¿Me afectaría tanto decirlo?
Mi terapeuta dijo que hablar de ello me ayuda.

Concentro mi vista en él. "Fui como una especie de figura icónica en el mundo de los exploradores y fotógrafos de la biodiversidad."

"¿Y?"

"Estuve casado y me divorcié; ahora soy como una celebridad totalmente expuesta por su ex pareja ante los medios."

Louis parpadea. "¿Eso es todo?"

"Asumí que lo sabias."

Niega, colocando los codos en la mesa y el mentón sobre sus manos.
"No me interesa el chismográfo que toma lugar en el medio. Prefiero juzgar por la pasión y la calidad de persona."

Volteo a verle, un tanto sorprendido. Él sonríe.

"Eso es muy considerado."

"No debería serlo, es algo humano. Tu calidad de trabajo y persona no debería recaer en la opinión de alguien, sino en tus acciones."

Estoy a punto de decirle acerca de mi triste vida como padre de dos niños que me odian gracias al divorcio, cuando el vapor de la comida invade el ambiente.

Y esa es mi señal de que no es el lugar, ni el momento.

O tal vez, no es el tipo de cosas que se le cuenta a alguien que acabas de conocer.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora