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Lo primero que me viene a la mente, cuando siento los labios de Louis sobre los míos, son mis hijos.

Realmente no se porque. Es un pensamiento raro y repentino, que termina distrayéndome lo suficiente como para no ser capaz de corresponder el beso.

La expresión de Louis es difícil de leer. No se si se siente avergonzado por no ser correspondido, o si simplemente no le importa.

"Tienes que tratar mas fuerte" me dice, retomando el hilo de conversación con un tono débil.

Yo lo veo. "Con incentivos como ese, uno reconsidera."
Le sonrío, esperando su reacción.

Louis me sonríe de vuelta, al parecer para nada apenado ni arrepentido del beso.
"A los extremos que hay que llegar para conseguir tu atención" se queja, nadando hacía la orilla.

Yo lo veo hacer y pronto vuelve con las manos llenas.
"¿Qué quieres con mis cámaras?" le digo, observándolo avanzar hasta mi con mi cámara para fotos y la de videos.

El me tiende mi Canon profesional. "Por más encantador que esta danza desnudo del beso sea, has venido a trabajar, ¿no es cierto?"

Lo escucho hablar, mientras mis ojos estudian cada detalle que pueden de él.
Desde aquel espectáculo suyo en Venecia, a veces me encontraba a mi mismo pensando en Louis.
Me intrigaba; no solo por su forma de ser, tan arriesgada y excéntrica. Simplemente su sola presencia me hacia querer saber cada detalle de él, cada parte de su vida.

No sabía porque, no tenía explicación y tampoco pensaba buscarla.
Pero tras el beso, me sorprendí a mi mismo tratando de crear mas cercanía.
Después de todo, aún éramos simples conocidos.

"¿Harry?" su voz me trajo de vuelta al presente.

"¿Hmm?"

"¿Escuchaste lo que te dije?"

Yo asiento vigorosamente. "Me puse a pensar es todo."

Él me rueda los ojos y me dan ganas de golpearle en la frente por ello. "Tu nunca dejas de pensar. Anda, a trabajar."

Yo le veo tratar de encender mi cámara de video. Me sorprende como suena mi voz cuando digo,
"Contigo estoy dispuesto a no hacerlo."

Espero que Louis me ves raro, o incomodo.
Pero en vez de eso me dedica una sonrisa de lado, sin quitar la vista del aparato en sus manos. "¿Cuál de las dos?"

"Ambas" río, encendiendo la cámara. "Me has convencido un poco, acerca de relajarme."

Acerco el aparato a mi rostro y tomo algunas fotos de las manos de Louis mientras trata de encender la pequeña cámara.
Su pecho desnudo es el fondo, junto al agua cristalina que le rodea y acentúa de alguna forma el color de su piel con los negros tatuajes que lleva encima.

"Sabes que no me gustan las fotos" dice, antes de exclamar, "¡Esta cámara es imposible!"

Yo sonrío. "Afortunadamente para ti, no fotografié tu cara. Nadie sabrá que se trata de ti."
Alargo una mano y enciendo el aparato por él.

Louis me da una mirada. "Mírate nada más, todo un genio", y no se a que se refiere: si a mi práctica solución a su tema con las fotos o a haberle ayudado.

"Una de muchas cosas mías que hay para querer" digo simple.

El ríe, comenzando a nadar de espaldas y alejarse. "Por supuesto que si."

__________

Pasamos una media hora más nadando, tomando fotos y charlando, antes de volver al pueblo.

Para cuando llegamos, el sol ya no estaba en el cielo y la cena estaba más que lista.
Louis y yo comimos con los niños y jóvenes, que estaban contentísimos de que los acompañáramos.
Observé al ojiazul convivir sin problemas con los niños, actuando fascinado a cada palabra que le dirigían y contándoles historias divertidas acerca de sus viajes.

Era algo muy grato de ver, en serio.

Para cuando la cena acabo, una fogata había sido iniciada y Zayn había llamado en algún momento de la noche; Louis había participado en la conversación también.

"Wow, realmente se gustan" había dicho Louis, sentado a unos cuantos centímetros de mi, delante de la fogata.

"Es frustrante que ninguno tenga el valor de dar el primer paso" dije yo, concentrado en las flamas calientes crepitando en la leña.

Niños corrían alrededor, jugando, mientras los mayores charlaban entre si y disfrutaban sus compañías.
Louis y yo hacíamos lo mismo, aunque un poco mas silenciosamente.

Pronto la gente comenzó a contar historias y anécdotas interesantes, que Sarahi traducía quedamente para nosotros.

En serio, era una noche muy genial.

En el transcurso de esta, Louis y yo empezamos a intercambiar miradas, o sonrisas.
Ocurrían mientras alguien hablaba o el silencio regresaba; uno de los dos veía al otro hasta que este se volvía y entonces, mostrábamos una sonrisa complice o una mirada de aprecio.

Era algo que rayaba en el coqueteo, en serio, y yo estaba orgulloso de mi por seguir el paso sin preocupaciones ni dudas.

Y aquel juego continuó toda la fogata, hasta que nos llegó la hora de dormir.
Ahí también, ambos compartimos sonrisas y miradas maliciosas antes de dormir.

Eso solo me dejó un pensamiento en mente: no sabía que sentimiento tenía por Louis
—esto era un poco reciente y nuevo, y el sentimiento apenas florecía por lo que aún no podía poner mi dedo sobre el—, pero estaba seguro de querer averiguarlo y seguir sintiéndolo.

Me prometí en silencio seguir desde mañana, mis instintos y sentimientos, en orden de tener un poquito más de Louis en mi vida, para ver de que se trataba todo esto y ver si podría llegar a ser algo mal.

Pero por supuesto, hice lo que uno nunca debe hacer con una persona como Louis: lo subestime.

Y aquella verdad me golpeó al día siguiente, cuando me levante lívido de contento por cumplir mi promesa silenciosa.

Louis no estaba en la cama, ni tampoco sus cosas en la habitación.
Mis planes—y pequeña esperanza— se desinflaron en mi cabeza.

Louis se había ido. Sin decirme.
Aún le quedaban dos días. Y se fue antes.

¿Que hice?
¿Siquiera fui yo la causa?

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora