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Tras el atentado por parte de los hijos de Harry, las cosas entre Zayn y Liam estaban algo tensas.

Liam sentía que Zayn lo evitaba ahora que sabía que era gay, por lo que se limitaba a ser aún más eficiente que antes y trataba de dirigirse a Zayn en monosílabos.

Zayn sentía que Liam estaba aplicándole la ley del hielo por haberse metido en su vida privada.
El moreno no podía salvo aceptar que Liam prefería hablar con Sophia, la directora de imagen, antes que a él.
Por ende, Zayn se limitó a ir a trabajar y tratar de no sentirse tan miserable.

Era raro lo molestos que estaban el uno con el otro por no hablarse. Ninguno creyó que algo tan simple como no dirigirse la palabra pudiese afectarles tanto.

Pero eso era solo la crema del pastel.

El verdadero desastre llegó al mismo tiempo que la invitación a una gala benéfica.
Liam siempre acompañaba a Zayn a estas cosas, tanto por trabajo como por meros deseos del moreno.

Zayn nunca había llevado a Perrie a una gala, debido a que la rubia no tenía tiempo ni ganas: decía que esa clase de eventos no iban con ella.
Por lo que el moreno estaba encantado de que Liam fuese su acompañante cada vez que era invitado a un evento de tal magnitud.

Pero ahora, en medio de esta guerra fría, no estaba muy seguro de si Liam quería ir.
Tuvo oportunidad de saber cuando el castaño entró rápidamente a su oficina, cargando un pequeño costal con correspondencia.

"Son regalos de Louis y algunas cartas, ¿desea que las lea por usted?"

Zayn le daba la espalda mientras se sentaba en su silla, por lo que pudo rodar los ojos con libertad. Odiaba que Liam hubiera vuelto al modo 'usted'.

"No, Liam. Gracias" se dio la vuelta, encarándolo.

El de ojos pardos se mostró indiferente.
"Ha llegado una invitación a la gala benéfica que el instituto de cultura patrocina este año" dice, tendiéndole la invitación en papel fino.

Zayn toma lo que le tiende y aprovecha para rozar sus dedos con los suyos ligeramente, causando que Liam se aparte un poco.

El moreno ni siquiera la lee. Es más, la tira sobre el escritorio.
"¿Quieres ir conmigo?" pregunta, con los codos apoyados sobre su escritorio.

Liam se ve un tanto inseguro. "Es trabajo."

Zayn le alza una ceja y Liam no puede contener poner los ojos en blanco.
"Vamos, será divertido" anima el moreno.

Liam estudia su rostro y se maldice a si mismo.
Realmente no esta tan enojado, jamás podría, no con Zayn. Es demasiado hermoso—por dentro y por fuera— como para estar molesto más de dos días con él.

¿Qué? A Liam le gustaba darse su lugar.

"Esta bien" habló Liam, sin sonreír.
Zayn le dio esa sonrisa que era su sello: con su lengua entre sus blancos dientes.

Relativamente, el día fue bueno después de eso.

Liam y Zayn estaban llegando a la gala a eso de las seis de la tarde. Ambos bajaron del mismo auto, sonrientes y un tanto nerviosos de estar cerca.

Estaban en camino a la entrada de la alfombra roja cuando una familiar cabellera rubia se hizo visible, y de pronto, Liam tenía un sabor a bilis en la punta de la lengua.

"¡Zayn!" gritó Perrie, enganchandose en su cuello.
El moreno parecía perdido.
"Perrie, ¿que estas haciendo aquí?"

La rubia se separó de él con una mirada confundida. "Me llegó la invitación, creí que vendríamos juntos."

Zayn se volvió a ver a Liam, que miraba a Perrie con ojos de odio, mientras que la chica le devolvía la mirada un tanto intimidada.

Los tres detuvieron su andar cuando un hombre alto enfundado en ropas negras se interpuso en su camino. "Solo un acompañante por persona."

Zayn entendió lo que significaban esas palabras medio segundo tarde, y comenzó a entrar en pánico.
"Él es mi asistente, necesito que venga conmigo."

El hombre negó. "Los lugares están contados. Entra ella o entra él."
Zayn comenzó a morderse las uñas.

Su inconsciente tomó control y pronto se vio a si mismo volviéndose hacia Perrie.
"Perrie, lo siento pero–"

"Que la pasen bien" interrumpió Liam con amabilidad, primero viendo a Perrie y después a su jefe.
Les dedicó una sonrisa que Zayn sabia, no era real, pues no había alcanzado a sus ojos, que le veían con reproche.

El castaño volvió a casa en la limusina, dejando a Zayn y Perrie sin transporte, como forma de venganza hacía el vergonzoso momento que había pasado gracias a ellos.

Estaba convencido de que habría fotos del momento por todo internet para cuando llegara a casa.

Y había acertado.
Cuando llegó por fin a su apartamento, había fotos de la gala.
Pero no de su momento de vergüenza, aunque si era relacionado con el estúpido par.

Era algo que le hizo el corazón trizas.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora