the soles of our shoes are all worn out || l.s

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Harry y yo nos ocupamos de hacerle desayuno a los niños mientras miran las caricaturas en la sala.

Su cuerpo se mueve con gracia alrededor de la cocina, sacando comida, platos y sartenes rápidamente, sobre sus pies.

Se notan los años de experiencia.

—Nunca antes he probado algo hecho por tu propia mano, ¿sabes?— le digo, picando jamón en pequeños cuadros.

Él se encuentra batiendo huevo rápidamente dentro de un bowl, al mismo tiempo en que vigila que la wafflera se caliente correctamente.

—Prepárate para que vuele tu mente.

—Por lo pronto que no vuele la cocina. El café esta hirviendo, papi— comenta Luke, asomándose.

Yo rompo a reír.

Luke y Grace emergen de su escondite tras la pared y se nos unen en la cocina. Harry les ve con curiosidad.

—Ni siquiera preguntaré cuanto tiempo llevan ahí.

—Lo suficiente como para escuchar sus cursilerias— Grace saca la lengua con asco a la vez que se abraza de mis piernas.

Observo a los Styles, que continuan su platica sin inmutarse del extraño que los acompaña hoy. A pesar de que es la primera vez que me quedo a dormir, los niños parecen cómodos con la idea. Yo moría de nervios al despertar. No podía creer que había sido tan tonto como para olvidarme de que Harry tiene hijos pequeños que viven con él.

Me había imaginado una lluvia de reclamos y miradas pesadas arrojadas en mi dirección, con caprichos y promesas rotas silbandome cerca de las orejas a medida que se las tiraban en batalla.

Pero es un tanto divertido lo contraria que la situación actual resultaba. Los hijos de Harry ríen felices mientras me hablan y se cuelgan de mi, como si fuese alguien a quien han tenido a su alrededor por muchos años.

Ahora que lo pienso, ni Harry ni yo les habiamos dicho una palabra sobre lo nuestro. Era obvio que sabían, la prensa era rápida y su alcance no tenía barrera alguna, pero, no es lo mismo.

Yo creía que nos sentariamos a tener una conversación seria, o algo asi. Avisarles la adición nueva en la vida de su padre, y no tratarlo como algo que simplemente pasó.

Harry me da una mirada y me sonrojo. Estoy cien por ciento seguro de que ha adivinado todo lo que estoy pensando. Pero, en vez de reprenderme por ello, su expresión se rompe en una sonrisa.

—El desayuno esta listo, chicos.

—Louis, sientate cerca de mi— exclama Luke. Me toma de la mano y me da una sonrisa de campeón.

—No, él va sentarse al lado mio— brama Grace, tironeando de la manga de mi suéter.

— Uhm, no recuerdo que hoy cumplan años las feas. Asi que, permiso-

—Luke— amonesta Harry, cargando un plato repleto de waffles calientes hacia la mesa.

— Todo es culpa del tío Liam. Se esta haciendo igual que él— se queja Grace, haciendome un puchero.

Yo la tomo en brazos y la cargo hasta la mesa.  La posición final termina en Harry y yo sentados frente a frente, mientras los niños ocupan las cabeceras de la mesa.

Sobre la superficie, se extienden dos tazas con café, vasos con jugo de naranja, waffles con crema batida, fruta picada y una extraña mescolanza verde que expide olor a-

—HUEVOS VERDES CON JAMÓN—grita Luke. Sus pequeñas manos toman un plato de vidrio y se apresura a pasarselo a Harry, que le sirve con gusto.

Yo le doy una mirada inquisitiva, pero quién responde es Grace.

—Lucas ama ese libro y papá siempre le hace este desayuno cuando cumple años porque es su favorito.¿Me sirves un waffle por favor, Louis?

Yo le sonrío, acatando las ordenes. —Vaya, que considerado de su parte.

Cuando le entrego su plato, ella me da una sonrisa de perfectos dientes blancos. Igual a la de su padre. —Cuando cumplas años será extra considerado.

Me ahogué en el pedazo de melón que estaba masticando.

Harry suelta una risita detrás de su taza de café, dando un sorbo después.

—Te dije, van a acabar contigo— tararea, con una sonrisita socarrona.

Le doy una mirada a los niños, que rien contentos con el desayuno.  Veo a Harry sonreírme al otro lado de la mesa. Contemplo mi desayuno perfecto.

No me molestaría que este fuese mi fin, la verdad.