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Niall perdió la audición en un lago congelado, cuando tenía veintitrés años.

El hielo del lago se rompió, haciéndolo caer y quedar expuesto a una temperatura de muchos grados bajo cero.

Louis entró a su vida con uno de sus viajes, y en ese entonces Niall era el heredero de uno de los negocios más reconocidos en la cultivación de flores.
Era el imperio que su padre y su abuelo le habían creado antes de nacer y ahora le tocaba continuarlo.

Louis lo había conocido en una florería y desde entonces, había vuelto a Holanda tres o cuatro veces en ese año para visitar a Niall.

"El mismo día del accidente, comencé a notar que ya no tenía amigos" cuenta Niall, a la cabeza de la mesa.

Todo el relato de como él y Louis se conocieron, ha sido la conversación de sobremesa, mientras cenamos el estofado de carne y queso que Eytora ha preparado.

"Nadie fue a visitarme, y quienes estaban conmigo en el accidente se hicieron los desentendidos. Creían que los culparía o algo así" Niall niega dandole un sorbo a su copa de vino. "El único que llegó, fue–"

"Louis" interrumpí yo, dandole una mirada al ojiazul sentado frente a mí.

Niall sonríe. Tiene una bonita sonrisa de dientes torcidos. "Exacto, Louis. Llegó como a las seis de la mañana del otro día."

"Corrí para acá apenas me enteré" responde Louis, dandole la mano.

Tengo que tomar un sorbo de vino porque los celos me siguen mordiendo las entrañas.

Y el sorbo se torna en un buen trago.
Luego en otra copa. Y después otra.

Al final de la cena todos estamos algo borrachos (siendo yo el más afectado y siendo Eytora la excepción) y decidimos retirarnos a dormir.

"Louis, tu ya sabes el camino" balbucea Niall desde la cocina, una vez que termina de lavar los platos sucios.

"Si Ni, muchísimas gracias por tu hospitalidad" habla el ojiazul, tomando mi mano y colgándose mi mochila a la espalda.

"Descansa bien, mi extranjero favorito" exclama Niall en holandés, pero por supuesto que yo no entiendo un carajo.

Louis rompe a reír y frunzo el ceño. ¿Por qué no deja de acapararle? Es mío.
Bueno no, pero si.
Pero no puedo ser grosero. Me esta dejando dormir aquí y ni siquiera me conoce.

Louis y yo subimos las escaleras y apenas estamos en la planta alta, me toma de la mano juguetonamente y me arrastra hasta un cuarto en el fondo del pasillo.

Las paredes son de madera mas clara y las sabanas en la cama son blancas con diminutas rosas dibujadas por doquier.

Hay varias figuras religiosas pegadas en la pared y una que otra fotografía.

"Ponte cómodo" dice Louis, empujándome de espaldas a la cama. "Ya vuelvo."

Lo veo encerrarse en un baño diminuto, riéndose.
Mi cerebro alcoholizado se pone de acuerdo a duras penas con mis manos, y me desabotono torpemente la camisa.

Realmente no me siento con ganas de ducharme ni de ponerme una pijama, así que quedo en mis boxers, dispuesto a dormir.

Dejo mis manos a mis costados, apoyándome como puedo sobre el colchón.
Pero que sueño tengo....

Louis sale corriendo del baño y me salta encima, aterrizando en mi regazo. Sus brazos se afianzan a mi cuello y siento su boca besarme la cara.

"Entonces, ¿vamos a hablar de esos celos o no?" me dice.

Y de repente ya no estoy tan atontado por el alcohol.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora