> 79 <

2.1K 259 37
                                    

Últimamente mi cabeza no parecía poder concentrarse. Había un torrente de letras e ideas salpicando su interior, derramando todo por la borda sin que yo pudiera rescatar siquiera una simple frase.

Necesitaba escribir. Quería ese puesto en la compañía, lo necesitaba. Había pausado la escritura de mi libro sobre las maravillas perdidas por el
mundo para poder participar en el proyecto.

Pero, ¿ahora de que escribiría?

La conciencia inmediata repetía una y otra vez las mismas cuatro letras, como un rezo.

Harry.

Pero no escribiría sobre él. Inmortalizar a alguien en letras es como besar el sobre de una carta de despedida. Se hace cuando alguien se ha ido y no va a volver.
Y entonces solo te queda plasmar su recuerdo en papel por si tu mente algún día lo olvida.

Pero, no pienso dejar a Harry tan pronto. Creo plenamente en que aún nos queda muchísimo que vivir juntos.

Podría escribir de mi. De mi miedo a descubrir mi propia verdad y el peso de una muerte un tanto segura sobre mi cabeza.
Podría hacerlo sutil e indirecto, para que nadie descubriera que se trataba de mi.

Podría escribir sobre como el mundo es extenso y variado pero los mismos sentimientos —buenos y malos— le plagan.

¡Mierda! Esto nunca había sido tan difícil. Necesito concentrarme.

Hay un momento de meditación conmigo mismo.

Y entonces, lo encuentro.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora