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Es el día de la sesión fotográfica de Harry.

El crew a cargo de atenderle tiene instruido seguirle a todos lados; hay un iluminador, una maquillista, un estilista y un asistente con su café favorito de Starbucks en las manos.

El fotógrafo a cargo de la sesión se encuentra revisando las luces y utíleria dispuestas para el photoshoot.

Los asistentes del fotógrafo se disponen en distintos puntos del salón de eventos del hotel, encargándose de cosas tan inútiles como la mesa de comida, hasta de complejas tareas como lo es mover los ventiladores y lámparas de un lado a otro.

Todo esta listo y en su lugar, cada pieza dispuesta para trabajar.
El único inconveniente es que la pieza clave de la operación no esta por ningún lado.

Harry tiene media hora de retraso.

Todo el mundo maldice por lo bajo y se queja abiertamente del desperdicio de tiempo y dinero que es todo aquello, sin embargo, no pueden irse hasta tener las fotos. Así que están atrapados allí.

La metrópolis australiana ruge fuera de la estancia; los autos pasan en el tráfico de la media tarde mientras el sol brilla entre pequeñas nubes blancas y esponjadas.

Harry Styles corre de un lado a otro en un radio de 15 metros alrededor del hotel, tratando de encontrar a cierto chico de ojos azules y mirada traviesa.
La última vez que le vio fue la noche anterior, en la cama de su suite compartida.

Louis había estado actuando distinto últimamente: salía a pasear todo el día y volvía una hora después de caer el sol. Siempre hablaban brevemente antes de dormir; Louis hablaba lo mínimo y Harry no insistía, pues el cansancio del día le vencía por completo.

Pero hoy, Louis se había ido sin avisar.
Su mochila ya no estaba al pie de la cama, ni tampoco ninguna de sus pertenencias.
Incluso había tomado una de las bufandas de Harry.

Y ahora, el ojiverde comprendía por las malas, que realmente no encontraría a Louis a menos de que a este se le diera la gana.

Nadie le había visto. Las cámaras del hotel no daban ni rastro del chico y los negocios aledaños no recordaban a nadie con esa descripción.

Pero Harry no andaba con la incertidumbre de no saber el porque de la desaparición de Louis: él sabía que le había tomado por sentado aquella semana y media, dejándole explorar Australia por su cuenta y excluyéndole de sus actividades.

Estaba consciente de la frustración de Louis creciendo a cada minuto que pasaba, al no tener la atención que se merecía.

Lo sabía y no había hecho nada para solucionarlo. Realmente era un idiota.

Tras recorrer otros diez metros, Harry suspiró.
No iba a encontrar a Louis. Por lo menos no en aquel momento.
Ya había malgastado suficiente el tiempo de las personas involucradas en la sesión. Lo mejor era dar la vuelta y cumplir.

Así que, solo y ligeramente desesperado, Harry dio la vuelta y se encaminó hasta el hotel.

[...]

Louis sorbía cafe plácidamente en una de las terrazas aledañas al hotel.
El restaurante que había escogido era lo suficientemente viejo como para satisfacer tanto su hambre como su venganza contra Harry.

Sabía que el hombre jamás levantaba la vista de sus pies. Nunca lo encontraría, aún teniéndole a 5 metros.

Lo vio ir y venir frenéticamente por una hora y media.
En lo que el ojiverde se volvía loco, Louis se bebió dos cafés y hasta merendó un rico guiso.

Para cuando la gente comenzó a detenerse para observar dentro del salón de eventos, Louis sabía que Harry había llegado a la sesión de fotos.

Tarde, justo como lo planeó.

"Creo que será mejor irme yendo" habló consigo mismo. "Daré una vuelta por casa de mi amigo Ashton, supongo."

Y así, con la malicia satisfecha emanándole de cada poro, Louis abandonó el modesto restaurante, asemejando un gato satisfecho por la caza del día.

____________

Cuando Harry volvió a la suite, estaba sola, por lo que decidió tomar un largo baño caliente.
Necesitaba aclararse la mente, recordar los detalles, revisar la habitación por décima vez para ver si Louis no había olvidado nada.

Tenia que ver si había algo que se estaba perdiendo, cualquier cosa que le pudiera indicar donde podría estar Louis.
Lo adoraba, no quería que pensara lo contrario. Es solo que tener tanto trabajo de golpe lo había abrumado y se había comportado como un idiota.

Esperaba no perderle....

Por mientras, Louis se acomodaba contra el respaldo de la cama de la suite, esperando a que Harry saliera del baño.

Ya vería cuando lo hiciera. Tenía una o dos cositas que decirle.

Idiota.

the soles of our shoes are all worn out  || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora