the soles of our shoes are all worn out || l.s

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Es difícil.

El mantenerte escondido, eso es.

Pero no se compara a lo que es el ignorar tantas llamadas.

Incluso Niall trató de llamarme, muchísimas veces. Aún lo hace, una vez cada dos días, por los últimos meses.

Gracioso. Al final, es verdad eso de que los amigos durarán más que cualquier amor que tengas.

Harry se rindió luego de dos meses de no contestar sus llamadas.

Bueno, igual no puedo reprochárselo. 

Si estamos siendo justos, yo me he rendido primero,  ¿no?

Planeaba visitar Japón con Harry y los niños apenas pasara mi cumpleaños, luego de conocer a su familia. Había avisado a mis amigos y todo.

Fue gracioso ver sus rostros cuando me vieron arribar solo, y un mes antes de lo acordado. 

A veces me pregunto que es lo que esperaba de todo esto.

Es decir, las cosas que hice. No me arrepiento de ellas. Las pensé mucho antes de decirlas.

Pero, si es así, si por fin tengo lo que pensé que quería, ¿por qué me siento tan vacío, tan carente?

No me malinterpreten, al principio se sintió genial. Una vez que superé la etapa de llorar por sentirme tan expuesto y extrañar a todos, lo disfrute. Pero no como creí que lo haría.

El primer mes rodó de maravilla. Me fui a todas partes, buscando cosas que tal vez me perdí la primera vez. Mi escritura volvió con más fuerza que nunca, haciéndome terminar mi libro. Incluso pude comenzar más borradores de ideas, para después.

Pero esa llama de indiferencia se apagó tan rápido. Mi creatividad se esfumó un día, entre viajes a tierras conocidas. 

Entonces, me quedé con mis propios pensamientos. Y cuando llegó la hora de enfrentarlos, no me gustó lo que vi.

Porque en todos estos meses por mi cuenta, durante todo el tiempo en que marché por ahí proclamando mi independencia, poco apto para la vida que me habían ofrecido, me di cuenta de que no podía estar más equivocado.

Me había adaptado.

El eterno nómada se había vuelto sedentario. Y ese era un hecho.

Uno que me asustaba terriblemente. 

Y no, no era el hecho en si, sino la razón de él. ¿Por qué? ¿Por qué me había dispuesto a asentarme en un sólo lugar, con una sola persona?

La respuesta estuvo conmigo todo el tiempo.

En fotos, en prendas que accidentalmente llevaban el perfume de Harry, incluso en mis propios escritos sin publicar.

Sin darme cuenta, había vagado siete meses tratando con todas mis fuerzas de no admitirme a mi mismo lo que ya sabía, y me daba tanto miedo decir.

Amor.

Lo hice todo por amor.

Y lo peor era, que lo haría otra vez. Mil veces, en esta y en otras vidas.

Entonces, ¿por qué huí despavorido de los brazos de mi amor?

La respuesta está en el principio de todo.

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holi, volví. mañana se acaba esto :)