No puedo creer lo que mis oídos han escuchado, debe de estar jugando de una manera horrible conmigo, nadie se fijaría en mí y menos una persona cómo él.
—Cásate conmigo —dice mirándome fijamente
—Está usted loco, usted es mi jefe y no nos conocemos, ni tan siquiera sabía de mi existencia hasta ahora —retrocedo unos pasos
—Usted se casara conmigo, por que ya lo he decidido —me toma por el codo
—Váyase al diablo, yo no soy un objeto que puede comprar o tomar —me suelto de su mano y me alejo
—Si no se casa conmigo haré que ese lugar al que llama casa, deje de existir —advierte feliz.
No puedo perder mi hogar, no puedo permitir que esos niños se queden sin un hogar, no puedo dejar a Anabell suspendida en el aire, todos nuestros recuerdos buenos y malos, se perderán.
—Acepto —respondo sin pensar.
Sé que no estoy pensandolo bien, pero temo que haga algo peor, que lo que ha dicho.
—Bien, nos vemos al final de la jornada laboral y saldremos a cenar para arreglar unos detalles —se aleja satisfecho y se sienta en su escritorio
—Espero y esté feliz, me ha arrebatado mi única oportunidad de ser feliz —siento cómo mis lágrimas salen y me volteo.
No quiero que me vea de esta manera, camino para poder alejarme de la persona que creía que al fin había visto algo bueno en mí, pero solo quiere obtener lo mismo que los demás.
—Su nueva oficina la espera, no pensara que alguien cómo yo permitiría que su novia tuviera un rango tan bajo —se queda callado y pone toda su atención en su computador.
Salgo sin ver atrás y camino a la oficina que ahora es mía, un mejor puesto el cual quería ganarme con mi esfuerzo, pero ahora solo me ha sido asignado por ser la novia del jefe.
Aún no entiendo qué gana él casándose con alguien cómo yo ¿Qué gano yo? Nada más que solo malos tratos, soy solo una pieza más en este juego de dolor, de sufrimiento y tristeza, soy eso que los demás ven para su propio beneficio. No soy importante para nadie y él no tenía porqué ser la excepción.
Entro y está vacía, ya no hay nada que sea del señor Collins ¿Cómo voy a disfrutar de esto si no lo gane? ¿Cómo voy a quitar ese horrible sabor amargo de mi boca? Tocó la gran silla de cuero blanco y me siento, no voy a negar que no lo quería, sí lo quería, pero no de esta manera, quería que me lo dieran por mi esfuerzo, por que mis estudios sirven y me encuentran calificada para el puesto... Pero tenía que llegar él, el señor todopoderoso y dármelo cómo si no fuera nada.
La puerta se abre y por ella entra Penélope, me ve y luego ve la oficina, se sienta frente a mi sin decir nada. Ya sé, parezco la peor cosa en el mundo.
—Que suerte, has subido tan rápido y sin ningún esfuerzo, no cabe duda que tu sacrificio es más pesado que el mío.
Me quedo callada y solo puedo tocar mi cabeza, siento que en cualquier momento la voy a perder, voy a perder lo poco que tengo, mi vida; porque alguien ha decidido que ya no me pertenece.
—No llores, las cosas no van a cambiar en nada, solo disfruta de los buenos momentos, aunque no sean muchos —se levanta y se para a mi lado, limpia mis lágrimas con su mano y sonríe —No te dejes caer y menos ahora que todos saben que siempre has tenido algo que ver con el jefe —la miro
—Ahora no solo voy hacer una marrana
—No, ahora eres una marrana que le hizo un trabajo especial al jefe y a cambio él le dio un puesto más alto —camina a la puerta y antes de salir se detiene
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AMOR © (Tú, simplemente).
RomanceDos almas tomadas presas del destino, con todo y nada en común, pero incluso los opuestos se atraen, de tal manera que hasta el destino sucumbe ante tanta fuerza. Al destino le encanta jugar y ver cómo luchamos contra lo inevitable, solo esperemos q...