Capítulo 49

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¿Qué cree que esta haciendo? Ambos ignoran mi presencia, la sangre arde sin comparación, nunca había sentido tanta ira cómo ahora. Theo sigue luchando para alejarla sin hacer ruido, esta cuidado no llamar la atención. Bueno, eso a mí no me importa; airada llego hasta Liana y sin titubear tomo su cabello y la jalo con fuerza, la empujo contra el suelo y temerosa y confundida levanta la vista, sus ojos se abren de sorpresa al verme. Si Theo hubiera cooperado, no habría intervenido.

—La siguiente vez que lo toques, no me detendré —mi cuerpo tiembla de las ganas que tengo de golpearla

—Eres una niña ingenua, no puedes darle lo que necesita—con torpeza se pone de pie

—Tal vez sea cierto, pero tú no eres lo que él necesita ¿Te vas? ¿O quieres que te muestre la salida? —con esa sonrisa despreciable mira a Theo

—Theo jamás va a permitir que me toques —Theo no responde y ese silencio solo me humilla.

Así que aunque sea cierto sus palabras, no tolerare esta humillación. Aprenderá a respetarme.

—Bueno, ésta también es mi casa —la llevo del brazo hasta la sala

—¡Suéltame! —dice entre jaloneos.

 Alex abre la puerta principal al verme llegar con Liana, es seguro me veo cómo una histérica, pero ella tiene que aprender a no tocar, lo que es mío. La empujo y tropieza, pero logra mantenerse de pie.

—No vuelvas, te lo advierto —regreso adentro.

Alex cierra la puerta y voy directo a las escaleras ¡Esa mujer no tiene límites! Y Theo ¡Dios! ¡Theo es un completo idiota! ¿De verdad se dejaría besar por ella? Cierro la puerta de un azoton y busco entre mi equipaje el vestido que me obsequió Pamela. Se supone que sería un buen día, a un con todo lo que sucede, debería de ser un buen día, pero no. Qué despreciable, la aborrezco... Tocan a la puerta y tiro el vestido sobre la cama. Quero dormir.

—Adelante —Theo entra desanimado.

Sabía que era él, pero no me preparé para soportar sus afiladas palabras.

—Marily 

—¿Qué necesitas? —deshago el peinado y suelto mi cabello

—Me bloquee un momento y, pude causarte daño  —le doy la espalda y guardo todas mis cosas en las maletas

—¿Y que te hace creer que no fue así? No puedo poner de ejemplo el que tú me veas en la incómoda situación en la que estabas, porque lo que yo siento por ti, no es lo mismo que tú sientes por mí —paso a su lado empujándolo con el hombro.

De solo pensar lo que pudo suceder si no hubiera intervenido, hace que la sangre me hierva de nuevo.

—No deberías de hablar de mis sentimientos, como si los conocieras...

—Te conozco bien, más de lo que crees, ahora vete —me paro a lado de la puerta

La ira me vuelve irracional, nunca me había sentido tan molesta y llena de coraje.

—Claro —sale agrandes zancadas.

Suspiro decepcionada,  así será mi vida a partir de ahora y no tengo derecho a quejarme, fui yo quién lo decidió. Miro el espectacular vestido que me obsequió Pamela, piensa que el amarillo me queda bien; en fin debo seguir sin causar alboroto y hacer que Anabell no noté el futuro que estoy por vivir.

Me abruma bajar y seguir aguantando los rumores, escucharlos hablar sobre mí, me eriza la piel y me amarga el corazón. Abro la puerta y veo a Theo parado frente a ella, también se a cambiado, en serio que todo lo que usa solo lo hace ver más bello.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora