Hoy por fin me puedo quedar en casa todo el día, ir al trabajo y evitar a Theo todos los días, fue algo muy difícil de lograr. Salía antes para evitar encontrarme con él y así poder llegar a casa y sentir lástima por mi situación. Estar encerrada en estas cuatro paredes me da la seguridad de que nadie me verá de nuevo hacer el ridículo y menos quedaré expuesta como lo hice frente a él.
Pamela me mandó fotos de la pequeña Lucy, en serio que es bella y se parece mucho a Dereck...
—Marily abre la puerta ahora mismo —toca la puerta repetidas veces
—¿Por qué? Aún sigo viva déjame dormir —me volteo y pongo una almohada sobre mi cabeza.
Quiero estar sola y poder despejar mi mente o al menos fingir que lo hago. Ayer que llegué vino a verme y no respondí, fingí estar dormida y ella no insistió más. Pero hoy, ya a venido cuatro veces a ver cómo estoy y si ya he comido. La única con la que quiero hablar es con Anabell y ella sigue evitándome, ya no sé dónde buscarla...
—Habla conmigo, no puedes estar así, por favor abre la puerta... Sé que necesitas que te escuchen tanto cómo yo lo necesito —dice susurrante Penélope.
Sé que no me estoy comportando como una buena amiga, pero en serio no quiero tener que ver su cara de lástima cuando sepa lo que ocurrió; pero si ella esta insistiendo de esta manera, puede que ella también la este pasando mal.
Me levanto con pesadez y quito el seguro de la puerta.
—Gracias —dice apenas abro.
Regreso a mi cama y me dejo caer, la botella de vino rueda y me apresuro a agarrarla, no quiero que se rompa y pierda este rico vino.
—Perdón por ser una mala amiga... ¿Cómo estás? —la miro y ella sonríe triste
—No sé. Siempre he podido tener relaciones sin restricciones, pero últimamente con Alexander no sé qué me sucede... Me pidió que seamos novios formalmente, pero le dije que no, y me sentí muy mal al hacerlo y desde ese día siento que algo esta yendo mal en mí —se deja caer en la cama frustrada
—Vaya una promiscua sintiéndose mal por rechazar una relación formal, no entiendo ¿No debería estar bien?
—Créeme ni yo misma me entiendo, es solo que con Alex, las cosas son distintas, me hace sentir tantas cosas que no había experimentado antes y eso me esta desequilibrando... Cuándo estoy con él, todo es tan relajado, tan lindo y especial —se acuesta a mi lado
—¿Te gusta? —volteo mi rostro para verla
—No digas tonterías —dice de manera seria sin siquiera verme.
Y viene a mí a buscar un consejo, si supiera que estoy peor que ella.
—Pues no tienes nada de lo cual preocuparte, sal con él esta noche y hagan un trío; después de todo Alexander es un hombre muy guapo...
—¡Eso no va a pasar jamás, primero le saco los ojos antes de tocar a mi Alex! —se levanta de un salto y grita señalándome.
Toco mi pecho asustada por su reacción, no espere que reaccionara así y menos que se pusiera toda loca.
—Penélope, tranquila solo es una broma... Casi me matas del susto —baja lentamente su mano y niega con la cabeza
—¡No puede ser!...
Dice por fin al darse cuenta de su reacción.
—¿Estás bien? —pregunto dudosa
—¡No! Estoy enamorada... No puede ser, es mi maldita perdición —responde angustiada
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AMOR © (Tú, simplemente).
RomanceDos almas tomadas presas del destino, con todo y nada en común, pero incluso los opuestos se atraen, de tal manera que hasta el destino sucumbe ante tanta fuerza. Al destino le encanta jugar y ver cómo luchamos contra lo inevitable, solo esperemos q...