Capítulo 9

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Cuando regresé a mi oficina ya no estaba y estaba muy agradecida de que se haya ido, no tenía las fuerzas para pelar, si es que así le puedo llamar; de hecho tener un matrimonio así no me gustaría, ni tan siquiera pensé en que me podría casar.

Termino de revisar unos papeles que le tengo que mandar a mi jefe y se los doy a su secretaria, la cual me ve cómo si quisiera matarme; no cabe duda que ellas solo ven el tamaño de su billetera y no su corazón, ni yo que soy su novia puedo saber nada de él, lo cual tengo que arreglar, no quiero decir algo diferente a lo que él diga.

Entro al ascensor y antes de que las puertas se cierren una mano se interpone, las puertas vuelven abrirse y veo a Theo parado frente a mí viéndome mal ¿Ahora que hice?.

—Marily ven a mi oficina un momento —me toma por la mano.

Caminamos de regreso, la secretaria le sonríe y se inclina un poco para que su escote quede a su vista ¡Pero que zorra! Theo la mira sin ninguna expresión en su rostro, abre la puerta de su oficina y me empuja levemente, al estar adentro me suelta la mano. 

—Necesito que me des tu número de móvil, el de tu casa no me interesa —exige mirando su móvil

—No tengo móvil —toca su cabeza frustrado

—¿Estás jugando conmigo? ¿Cómo no puedes traer móvil? —golpea su escritorio molesto

—No me alcanza mi paga para comprar un móvil, además no tengo quien me llame —respondo mientras paso mis manos por el pantalón

—Pues ahora lo vas a tener, por que yo necesito llamarte y más te vale contestar cuando te hable —ordena y busca unas cosas en su escritorio

—No me gustan, siento que es para gente que le gusta que la controlen

—No seas tonta, son necesarios por si pasa una emergencia puedes llamar a alguien, además si te controlo o no, eso no debe molestarte... Ahora soy tu novio —saca una tarjeta dorada del cajón

—¿Qué es eso? —me extiende la tarjeta y la agarró extrañada

—Es tuya, solo pon tu firma y podrás utilizarla para cualquier cosa que quieras comprar —guarda unas cosas y camina a la puerta.

Abre la puerta y regresa por mí, ya que solo me quede parada sin decir nada, es que esto es mucho ¿Qué voy a comprar?.

Salimos tomados de la mano y caminamos al ascensor, las personas ahora nos ven disimuladamente, no voy a acostumbrarme nunca a que me vea de esta manera, no estoy hecha para ser el centro de atención.

Bajamos hasta el estacionamiento y caminamos hasta un auto increíblemente hermoso, nos subimos y al encenderlo su motor ruge con fuerza, se escucha fabuloso, de seguro es muy veloz... Las avenidas están abarrotadas de autos parados; después de que condujo durante una hora, llegamos a la Boutique M.A, aquí venden la ropa más exclusiva y cara de todo New York. Entramos y todo está hermoso, hay ropa por todas partes y vestido que se ven alucinantes, zapatos, bolsos, pantalones y tantas cosas.

—Señor Evans ¿Qué puedo hacer por usted? —se acerca una mujer, mirándonos a ambos

—Traje a mi novia a comprar unas cosas, quiero que le de todo lo necesario para que tenga lleno su guardarropa —levanta mi mano y la besa.

¡No puede ser, me ha besado la mano! ¿Qué significa eso? Que buen actor, casi me la creo, somos novios de verdad pero no sentimos nada por el otro.

—Claro, hace mucho que no salías con alguien —le dice y me extiende su mano —Soy Miranda y haré que tengas la mejor vestimenta —me mira de abajo arriba y mira con desagrado mi ropa

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora