Capítulo 48

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La fiesta está en su mejor momento, todos parecen divertirse y disfrutar de los tantos platillos que Michelle ordenó. Anabell se esta divirtiendo, desde que se sentó el amigo de Michelle no hace otra cosa que hacerla reír, al inicio se me hizo extraño que él pidiera sentarse con allí, pero después de observarlo detenidamente, note que es el mismo que la invitó a bailar el día de la cena de mi compromiso.

Neithan llego acompañado de su novia, llegue a pensar que tal vez no asistiría, pero me equivoque. Los saludos fueron incómodos, Theo es un hombre muy posesivo y lidiar con eso a veces es muy difícil, pero logramos que todo fluyera adecuadamente.

—¿Qué haces sola? —volteo y veo a Neithan parado a mi lado

—Observando.

No decimos nada más, nos limitamos a hacernos compañía en silencio. Theo no nos ha quitado la vista de encima, sé que no esta muy feliz de vernos juntos; pero quiero creer que él entiende el porqué necesito un poco de privacidad. Luisa, la novia de Neithan tampoco parece agradarle la situación, pero esta haciendo un gran trabajo en mantenerse calmada.

—¿Quieres bailar? —pregunta nervioso

—¿Estás seguro? —encoge sus hombros

—Claro —tomo su mano y caminamos a la pista.

La música que sonaba ha cambiado a una melodía suave y lenta, Neithan me toma de la cintura y guía mis movimientos.

—Bailas bien —recargo mi cabeza en su hombro.

Tal vez sea yo o es la melodía que me hace sentir nostálgica, las emociones surgen de nuevo y son abrumadoras y casi imposibles de encerrar, avergonzada con los presentes cubro mi rostro en su cuello, no quería dar esta escena, no quería volver a llora... ¡Que patética soy! Neithan detiene nuestro baila y siento sus grandes manos alejarme, sin decir nada me abraza ocultándome de las curiosas miradas. Nos e dejado en evidencia delante de los invitados.

—Lo siento —me acuna ignorando los susurros de los presentes.

—¿Cómo lo haré? —susurro

—Podrás hacerlo, será complicado y habrá más días malos que bueno, pero solo será en lo que tu corazón sana —levanta mi rostro —Demuéstrale cuán fuerte te hizo —muerdo mi labio

Sus ojo rojos me permiten ver el dolor fluir de nuevo, mi situación solo le recuerda la perdida de su padre y por fin soy consiente de que Pamela, Michelle y él, están reviviendo un doloroso pasado, un recuerdo que había guardado.

Toma el pañuelo blanco que lleva en el bolsillo de su saco, limpia probablemente el rastro del maquillaje, llevo casi toda la boda llorando, probablemente ya no me vea tan linda. Entrelaza nuestras manos y caminamos hasta la mesa, el lugar dónde Anabell me observa.

—Es una noche especial, así que daré mi regalo de bodas —miramos a Penélope y sin explicarnos va hasta el centro del salón.

EL piano suena despacio y calmado, pero conforme avanza suena con fuerza ¿Qué planea hacer? Su voz suena, asombrada de escucharla cantar me giro, me señala al llegar al coro. Me siento inmensamente de feliz de verla libre y lista para continuar.

—Invito a los novios a la pista —los invitado salen de la pista y es ahí cuando nos volvemos el centro de atención.

Theo estira su mano y emocionada la tomo; caminamos hasta en medio de la pista y Penélope retrocede. Agarro a Theo de los hombros y él me sostiene de la cintura. No cabe duda de que Penélope tiene buen gusto, la canción casi perfecta para nosotros.

—¿Ya decidiste? —asiento

—Me quedaré —asiente.

Me recuesto en su pecho, sintiendo el latido de su corazón; es pausado y lento, pero es fuerte. Michelle llega acompañada de Anabell y nos detenemos para bailar con nuestras madres, al final ella me guío en mi turbulento camino, me enseño la perseverancia y aunque no se la puse fácil, ella no se rindió y ni ahora lo hace.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora