Pase toda la noche pensando lo mismo una y otra vez, dando vueltas al mismo tema y a su vez lidiando con la lujuriosa mirada de Theo; sus movimientos solo mostraron lo indeciso que estaba sobre si acercarse o mantener la distancia, pero podía sentir su suave toque en mi hombro, podía escuchar su respiración tranquila, acompañada de suspiros cansados.
Quería ceder, pero mi mente me traicionaba y mi corazón volvía a sufrir. Salgo del baño esperando encontrar una toalla, muero de frío...
—No esperaba un recibimiento cómo éste —me cubro con las manos.
Debí saber que podría encontrarme así, agacho la cabeza avergonzada, incomoda me muevo y busco la toalla, solo que no la veo. Cierra la puerta y escucho sus pisadas acercándose, retrocedo, pero voy la toalla gris colgando de su mano.
—Gracias —se la quito y me apresuro a cubrirme, lo miro y noto que sus ojos ven mi cuerpo —Deja de verme así, no soy un pedazo de carne —sonríe y hace el mismo movimiento de anoche, rosa sus dedos sobre mi húmedo hombro
—Estas temblando, debiste llevar la toalla contigo —trago con dificultad e intento no moverme por el escalofrío arrasador que siento
—Detente y sal —sigue sus movimientos concentrados en mi piel —Basta, por favor —suena más una suplica que una petición.
Pero él que me toque de esta manera, solo hace que el hambre de mi cuerpo despierte.
—Aunque quiera, no puedo detenerme, no cuando tu cuerpo esta dispuesto y hambriento —de nuevo siento el escalofrío correr con fuerza.
El calor abrazador calma el frío que siento, mientras su llamas queman mi piel deseosa y hambrienta de ser tocada por él. Sabe que esta jugado sucio, que es injusto y molesto que mi cuerpo me traicione de esta manera; quiero detenerlo pero también quiero tenerlo, sentirlo y saborearlo hasta saciar este feroz apetito.
Con lentitud quita mi toalla, dejándome expuesta ante su intensa mirada. Estoy perdida, mi cuerpo y mi mente se han puesto en mi contra ¿Ceder ante él sería perder? Por qué estoy muy cerca de perder la cordura y tomar lo que deseo.
—¿Cómo me convencerás? —deseosa ronroneo para provocarlo.
Hay tantas cosas que quiero hacer y poder explorar todo mis deseos, sentir la saciedad total y poder encontrar la diversión para ambos ¿Aceptará dejarme intentarlo?
—Ven...
—Siéntate —nerviosa le ordeno.
Sonríe de lado y sin oponerse hace lo que le digo, escucho cómo baja el cierre de su pantalón y eso solo me avisa que pronto estará igual de expuesto que yo, se sienta en la orilla del cama y sin pudor recorre todo mi cuerpo; me muevo incómoda y avergonzada de estar así de vulnerable, pero quiero intentar ser libre con él, descubrir hasta dónde puedo llegar.
Con las gotas cayendo de mi cabello camino hasta quedar frente a él; lo empujo despacio hasta sentarme sobre sus piernas, al sentarme lo primero que siento es su dura masculinidad chocar mi intimidad. Sus ojos me miran fijamente ansioso de poder tener lo que quiere; aún cuándo yo soy quién está sobre él, me sigo sintiendo intimidada.
Con torpeza y nerviosismo toco su mejilla y me acerco hasta que nuestros labios se tocan, cierro los ojos y lo sujeto del cuello; sin mucho esperar pasa sus manos por mi cintura atrayéndome a él. Nuestro beso delicado se transforma poco a poco en desesperación, interrumpe nuestro beso y embriagado de placer mesa mi mejilla y mi cuello, sigue así hasta llegar a mis pechos.
El calor de mi interior arde con fuerza que no creo tener la paciencia de esperar más tiempo, quiero tenerlo ahora.
—Theo —le suplico dejando que mi cuerpo se mueve libremente.
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AMOR © (Tú, simplemente).
RomanceDos almas tomadas presas del destino, con todo y nada en común, pero incluso los opuestos se atraen, de tal manera que hasta el destino sucumbe ante tanta fuerza. Al destino le encanta jugar y ver cómo luchamos contra lo inevitable, solo esperemos q...