Capítulo 52

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Decir que la noche fue increíble sonaría a mentira, su definición se queda corta para la eterna noche llena de complicidad y momentos pasionales. Theo puede llegar a ser el ser más hermoso de la tierra, tierno y extremadamente cuidadoso, cada día que pasamos juntos se guarda en mi memoria y me llena saber que el día que lo pierda, ellos me ayudarán a seguir.

Todo esta siendo tranquilo y rutinario, hasta cierto punto me hace olvidar todos mis problemas y las preocupaciones que por momentos me roban la mente, pero cuando estoy a punto de perder la cabeza, llega Theo y me saca de ese hoy oscuro que me consume; solo él puede mantenerme ocupada y en paz, desearía que el siguiera siendo cómo es, pero sé que cuando volvamos él se encerrará de nuevo ese caja que aseguro muy bien.

—Marily, cariño...

—He dicho que no —lo interrumpo. Estoy cansada de su insistencia irracional.

Quedamos en que el conejo solo estaría aquí hasta que se recuperara, pero todo se fue saliendo de control, paso la mayor parte del tiempo limpiando su suciedad, mientras él se limita a observarme; discutimos por la poca participación que tuvo respecto a los cuidados del animal y después de meditarlo acepto que estaba siendo negligente, pero sigue insistiendo en que debemos esperar para dejarlo libre, pero ya no quiero seguir siendo esclava de ellos dos.

—Esta bien, lo sacaré ahora —cabizbajo toma al conejo y sale de la cabaña.

Parece cómo un crio, no entiendo cómo la señora Michelle pudo ser tan permisiva, ahora quiere que lo complazca en todo y acepte sus berrinches, anoche intento hacer lo mismo y yo siendo tan débil caí redondita a sus pies; mejor no pienso en lo que ocurrió anoche, que mi piel se caliente y se eriza de solo recordar la noche pasional que me hizo vivir.

Sirvo la comida y dejo los platos en la mesa, hace un rato que salió ¿En que se entretuvo? No puedo creer que actué así, me esta preocupando para hacerme aceptar; lo iré a buscar y entonces le dejaré en claro que no toleraré este comportamiento. Me pongo el abrigo y los guantes, tomo el arma de la caja y me apresuro a salir, entre más tarde sea, más frío sentirá y podría enfermarse; apenas abro la puerta el aire frío provoca que mi nariz arda, me abrazo para calentarme un poco, la luz no logra alumbrar todo, así que debo de andar con cuidado.

—¡Theo! —grito y enseguida me quedo sin aire.

Que frío paralizante estoy sintiendo ¿Qué tanto habrá caminado? Paso la mirada entre los pinos, pero solo puede verse la oscuridad, esto es perturbador, bien podría ser una escena para película de terror ¿Le habrá sucedido algo? En medio de la oscuridad bien pudo haber caído en una trampa o algún animal lo pudo haber atacado... Agito la cabeza para desaparecer esas ideas negativas, que solo están sirviendo para infundirme miedo.

—¡Theo! ¡¿Dónde estás?! —me quedo en silencio esperando escuchar su voz, pero en respuesta escucho el aullido de un lobo.

El escalofrío recorre mi cuerpo velozmente, eso no esta bien ¿Dónde estás? Camino a dónde están las motos y me quedo quieta al ver cómo algo en la oscuridad se mueve, pero no logró ver que es, retrocedo temerosa y volteo buscando a Theo.

—Marily —regreso la vista. No puede ser él ¿O sí? —Marily regresa a la casa —segura de que es él me acerco sin dejar de ser precavida.

Levanto la lona que cubre las motos y lo veo escondido entre ellas.

—Que bueno que estés bien, estaba muy preocupada, empezaba a pensar lo peor... —cubre mi boca y mira a mis espaldas.

—No hagas ruido, ellos están esperando para atacarnos —despacio retira su mano de mi boca —No debiste salir, ahora estás en peligro —me cubre con la loca sin dejar de ver a los pinos

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora