Capítulo 12

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Cada día es más difícil de llevar esta farsa, me siento extraña al pasar tanto tiempo con él y más cuándo estamos a solas; es como si todos mis sentidos dejarán de funcionar y solo se concentrará en cómo huele hoy, en si sus labios siempre son suaves o si su piel es... Ni estando a solas puedo huir de él.

Por otra lado está lo de la mudanza, aún no me cambió por completo y ya hay muchos paparazzi esperando por ver quién es la novia del momento de Theo, sabía que Theo tenía una fama de salir con mujeres muy selectas, pero causar tal alboroto solo por saber o confirmar que soy yo, me pone de nervios ¿Qué le diré a Anabell cuándo vea mi foto en la porta de esas revistas amarillistas? Necesito un descanso de ésto, me levanto de mi asiento y veo por la ventana, estamos ya a medio año, otro año que se va diciendo adiós a los malos recuerdos, si tan solo pudiera hacer eso, mi vida sería más fácil...

—Marily, el señor Evans te quiere en su oficina ahora —entra sin avisar su secretaria.

Es que no sé cómo hacerle entender que tiene que tocar antes de entrar, ya hable con Theo, pero de su dulce boca solo salió un "Tú eres la supervisora, si no tiene lo que se necesita para el puesto líquidala" Cómo si fuera tan fácil.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que toques antes de entrar? —volteo y la encuentro burlándose de mí

—Tú no eres mi jefa, así que yo hago lo que quiero y ya sabes que al señor no le gusta esperar —sale dejándome hasta el tope de molesta.

No cabe duda de que siempre voy a estar por debajo de los demás.

Salgo molesta azotando la puerta y voy a la oficina de Theo, camino y tomo el picaporte para abrir la puerta.

—Toca antes de entrar burra, lo siento marrana —me toma por la mano enterrando sus uñas de bruja en mi piel

—Yo entro sin tocar por que es la oficina de mi novio, gata igualada —jalo mi mano y siento ardor

—Eres una...

—Mejor trágate tu veneno víbora —abro la puerta de la oficina y se la cierro en la cara.

Veo a Theo recargado de su asiento y con las manos cruzadas sobre su pecho, mejor que ni me diga nada, ya suficiente tengo con todas las del trabajo.

—¿Qué necesitas? —me paro frente a su escritorio

—Mi novia y futura esposa no debe comportarse de la manera en que lo acabas de hacer —dice mirando mi vestimenta

—Por favor, no empieces ¿Qué acaso esperas que me aguante sus insultos? —me siento sin verlo

—No, solo trata de ignorarlas... Volviendo al tema por el que te mandé a llamar es para decirte que hoy empiezas a vivir en tu departamento, ya vas a cumplir el mes, así que tu tiempo se acabó —se levanta y toma unas copas y una botella de vino.

¿Qué hombre tiene botellas de vino en su oficina? Me he dado cuenta que siempre toma vino tinto, paro todo y a toda hora, al parecer es su único vicio.

—Pero Theo, no es fácil para mí irme y dejar Anabell sola, comprende —paso mis manos por mi vestido

—Lo hice y la prueba esta que te di dos semanas y media, no puedes pedirme más —deja una copa de vino frente a mi.

No tengo opción, me dio tiempo y ahora me toca a mi cumplir con mi palabra; tomó la copa y la bebo de un solo trago, lo bueno de esto, es que me estoy acostumbrando a beber vino.

—Bien, hoy iré a despedirme de Anabell y nos vemos en el departamento, si quieres —me levanto

—¿Por qué tanta importancia por esa mujer? Ella no es tu madre —dice tan relajado parado frente a mi.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora