Capítulo 53

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Jadeo y me pongo de pie, de nuevo me ataca sin compasión; estoy harta de caer y soportar su mirada de victoria, sostengo mi costado esperando que el dolor se calme y me deje poder defenderme. Me pongo en posición de ataque y espero que se distraiga para poder golpearlo, pero antes de poder hacerlo me golpea de nuevo y el aire que no circulaba con normalidad, se me escapa de nuevo; caigo de rodillas y se quejan de dolor. No puedo hacerlo, no puedo hacer lo que me pide; me gana en tamaño y peso.

—¿Estás bien? —su sudoroso rostro se acerca al mío

—Sí —me levanto de nuevo

—No puedo creer que llevemos dos días practicando lo que tienes que hacer cuando te ataquen y no aprendes nada —me regaña fastidiado

—Dame un arma y te mostraré lo bien que puedo defenderme —el dolor se expande por el resto de mis costillas

—Observa mis movimientos, solo así tendrás una oportunidad —asiento y veo sus pies moverse No te precipites, espera y hazlo cuándo veas tu oportunidad —levanta los puños, mientras su mirada me caza

—¿Ya te había dicho cuanto odio boxear? —copio sus movimientos sin dejar de observar sus pies

—Lo mismo dijiste sobre Krav Maga y taekwondo, el box es algo más relajado y haz logrado mantenerte por más tiempo de pie —resoplo cansada y adolorida.

Observo sus movimientos, la última vez que me golpeo; dio un paso hacia mí y me golpeo con el brazo contrario al de su pie, si soy paciente podré darle aunque sea un golpe, debería dejarme pegar una vez y la siguiente contratacar. Me golpea y me cubro del golpee, ríe divertido y espero a que haga el movimiento de nuevo, aquí vamos... Ataca de nuevo y esta vez esquivo su ataque y lo golpeo con todas mis fuerzas en el estómago. 

Se tambalea pero termina cayendo de rodillas, escucho cómo jala aire con fuerza, mientras tose desesperado; no quería asesinarlo, solo quería poder asestarle un golpe.

—¿Estás bien? —intento tocarlo, pero retrocedo temerosa.

—Fue un buen golpe —tose de nuevo y con cuidado se pone de pie —Creo que por hoy fue suficiente, salgamos a hacer algo diferente —camina despacio hasta nuestra habitación.

Debí controlarme, pero cuando me vuelvo competitiva raras vez logro mantener la calma; solo que esta vez me pase y lo lastime. Agarro la toalla y limpio el sudor que escurre por todo mi cuerpo, hace un buen tiempo que no me ejercitaba; me siento en el sofá esperando que Theo regrese. Qué cansado es esto de hacer ejercicio o entrenamiento, definitivamente no es para mí.

—Vamos dormilona, despierta —escucho a lo lejos —Anda hay algo que debemos hacer —me mueve y con pesar y molestia abro los ojos.

Su mirada acusadora me hace sentir avergonzada, restriego mi ojo somnolienta; lo miro mejor y noto que se a cambiado, en sus manos lleva un cambio de ropa, acompañado de un par de guates, gorro y un abrigo.

—Estoy cansada, sin contar que mi cuerpo adolorido es difícil de mover —niego e intento voltearme, pero su fuerte agarre me detiene 

—Te divertirás, lo prometo —me jala de ambos brazos hasta sentarme.

Suspiro perezosamente y sin querer me dejo hacer por él, quién sin perder oportunidad se apura a vestirme con las tantas prendas que lleva en sus manos. Al quedar lista me levanta emocionado y con esa cara ilumina por obtener lo que quiere.

Al abrir la puerta el frío aire entra haciéndome  temblar de frío, esta loco, este hombre esta loco ¿Cómo puede querer salir con este frío paralizante? Debe querer matarme, eso es, sino no encuentro otra lógica de querer salir.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora