Capítulo 8

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"Soy la perfecta más imperfecta" ¿Por qué me dijo eso? Es que ese hombre estaba confundido o demasiado ebrio, sea lo que sea, me ha gustado que me llame así, aunque él ya no recuerde lo que me ha dicho, no importa de todos modos, me ha quedado claro que lo nuestro solo es un trato, él obtiene un beneficio de mí y yo de él.

Busco en mi clóset esa ropa que todos quieren, solo que no tengo nada nuevo, nada que me quede bien, esta ropa me va a quedar más entallada y hará verme más gorda, lo que no tiene mucha importancia dado que sí estoy gorda.

Tomó un jumper, creo que así se llaman, es hermoso, su azul rey me cautiva, amo ese color, me lo pongo y me queda muy entallado; creo que engorde, se supone que tiene que quedar un poco suelto, así se lo e visto a unas cuantas mujeres, creo que ponerme este tipo de ropa teniendo un cuerpo así, no está bien.

—Vaya... ¿Irás vestida así al trabajo? —brinco del susto y volteo a ver a Anabell

—¿Me veo muy mal? Es que creo que volví a engordar, se supone que tiene que quedar un poco suelto y a mi me queda muy entallado —sigo mirándome al espejo

—Es cierto que hay unos más sueltos, pero este así es y te queda muy bien, no es de diseñador ni exclusivo, pero te ves increíble —camina sentándose en la cama

—Ayer que llegué no te vi, ¿Dónde estabas? —cansada de buscar que se me vea mejor me siento junto a ella.

Su rostro sigue viéndose pálido y cansado, su cabello se ve opaco y su cuerpo se ve cada vez más delgado, toda ella está cambiando drásticamente y lo peor es que no dice nada.

—Estaba cansada y me acosté temprano

—Te ves muy mal Ana, vayamos al hospital a que te hagan un chequeo, estás adelgazando muy rápido y te cansas cuando antes no lo hacías —toco sus manos y están frías

—Estoy bien, solo es cansancio pero cuéntamelo todo ¿Dónde estabas anoche? Llegaste tarde —sonríe pícara

—Salí con alguien, trabajamos juntos pero nunca antes me había hablado hasta que me visto así y me maquillo, la cena estuvo muy bien —sonrió al recordar cómo me abrazo

—Te ves feliz, espero y te trate bien o si no, se las verá conmigo —advierte y mi sonrisa se borra.

Si tan solo supiera que no le gustó ni un poco, solo lo hace por complacer a su madre, por tener algo que llevar del brazo, solo me compro para ser lo que él necesita.

—¿Estás bien? Te has puesto seria

—Sí, solo recuerdo que tengo que hacer unas cosas antes de ir al trabajo, tengo que apurarme —me levanto y me pongo unas zapatillas negras de plataforma que tengo.

Tendré que comprar más ropa y zapatillas, no quiero dejarlo en vergüenza frente a todos los de la empresa.

—Tienes que traerlo a casa, necesito conocerlo y saber si es adecuado para ti —se levanta y me mira por el espejo.

Mala idea, él jamás entraría a un lugar cómo este, es tan humilde para él y sus gustos.

—Claro, hablaré con él y nos pondremos de acuerdo —me hago una cola y tomo mi bolso.

Beso su mejilla y bajó las escaleras rápido, salgo y me detengo al ver al chófer de Theo parado frente a mi casa, camino a él mirando hacía la venta para ver si Anabell está viendo.

Tendré que ser más insistente y llevarla al hospital, no se ve bien y siento que ella me esta ocultando cosas.

—Buenos días, señorita Bradlye —me abre la puerta

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora