Capítulo 28

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Siento la claridad en mi rostro, quiero seguir durmiendo, me volteo para que no me moleste más la luz, pero siento un aire caliente chocar con mi rostro ¿Qué es eso? Abro los ojos y lo primero que veo es a Theo durmiendo, su rostro está tan cerca del mío. Su boca esta entreabierta y es mi oportunidad de poder tenerlo tan cerca. Me siento con cuidado de no despertarlo ¿Qué hace aquí? Ayer me acosté y él se fue a otra habitación, de seguro se paso al verme dormida ¿Quién entiende a los hombres? Me dejó muy en claro que en éste juego soy yo la perderá, pero, aquí está durmiendo tan plácidamente a mi lado.

Al levantarme de la cama, Theo jala una almohada y la abraza, yo también suelo hacer eso cuando duermo, por eso me gusta tener tantas almohadas en mi cama. Abro una puerta y por suerte es la del baño, entro y pongo seguro y vacío mi vejiga, me lavo las manos y la cara, la cual tiene el maquillaje corrido, que bueno que me desperté antes. Decido tomar un poco de enjuague bucal y hacer gárgaras, ya que no tengo un cepillo de dientes.

Salgo y lo escucho suspirar mientras una sonrisa provocada por su sueños se queda en su rostro ¿Qué estará soñando? Si tan solo pudiera ser ese sueño que te provoca sonreír, esa brisa que acaricia tu rostro al despertar, ese edredón que te cubre del frío, ser la cosa buena y prohibida en tu vida, quiero ser todo para ti; dejo de acecharlo con la mirada y salgo en silencio...

Camino por el pasillo y veo varias fotos donde está con Michelle y Pamela, entro a la cocina y se siente tan fría y vacía, de seguro Theo no entra aquí y si lo hace es solo para tomar su anhelado vino tinto...

Las puertas del ascensor se abren y me quedo quieta, ¿Quién es? Salgo lentamente de la cocina para ir a despertar a Theo...

—Marily... Que sorpresa verte aquí —dice la dulce voz de Pamela.

Volteo nerviosa y ella me ve divertida. Que momento tan más bochornoso, de seguro piensa que Theo y yo tuvimos... Mejor ni pienso en ese tema.

—Hola, buenos días —saludo apenada

—¿Sigue durmiendo Theo? —deja su bolso en la mesilla y se sienta en el sofá

—Sí, ayer fuimos a un club, bueno yo fui y él me llegó de sorpresa -—me acerco y me siento frente a ella

—¿Theo? ¿Mi hermano? ¿En un club? No lo puedo creer, Theo odia esos lugares —dice sorprendida

—Sí —paso mis manos por la pijama

—¿Entonces se divirtieron mucho? Que bueno —se calla de golpe y toca su vientre

—¿Te sientes bien? —me acerco y me siento junto a ella

—Sí, es solo un leve dolor, no es nada ¿Qué vamos a desayunar? Muero de hambre —tiene ojeras y se ve un poco pálida

—No sé, pero voy a ver que hay en la despensa —hago el ademán de levantarme pero me lo impide

—Espera, quiero preguntarte algo y que me lo respondas con sinceridad... ¿Estás enamorada de mi hermano? —sus ojos se quedan fijos en los míos

—No lo sé, nunca antes había sentido esto y es extraño que ni yo misma pueda manejar mis impulsos o acciones cuando estoy con él... Pero quiero descubrirlo —digo y veo cómo asiente

—Bien, voy a comprar algo y les traigo —vuelve a tocar su vientres y su rostro refleja dolor

—Mejor espera me cambio y vamos juntas

—No, el chófer de Theo me puede llevar, tranquila, solo faltan cinco días más —la ayudo a levantarse.

Toma su bolso y entra al ascensor con una sonrisa de satisfacción, le digo adiós con la mano; las puertas del ascensor se cierran y voy a la habitación para cambiarme de ropa, abro la puerta y veo a Theo sentado en la orilla de la cama, sus manos sostienen su cabeza mientras mantiene los ojos cerrados, entro y levanta la cabeza rápido, sus grandes ojos se ven rojos y cristalinos... ¿Qué le pasa? Me acerco y él se levanta alejándose de mí.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora