Capítulo 42

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La mañana transcurrió lenta y un tanto perezosa, ayer después de volver de hacer los tramites de la moto, no tuve el tiempo de mandar a alguien por ella, así que Magenta se ofreció a traerla hoy por  la tarde; descubrí el modelo de la moto y más sobre Magenta, aunque estoy emocionada por la pronta llegada de la moto, no puedo evitar sentirme abandonada por Theo.

Todo esta yendo bien para los demás, pero siento que soy la única que no logra avanzar y eso hace que me sienta desilusionada y patética; Penélope va tan bien en su relación que parece que pronto se irá, Michelle me llamo anoche y me comento los cambios hechos para la bode, me dijo que las invitaciones están lista para ser enviadas y salió el tema sobre Anabell y si le entregaría personalmente la invitación, lo que me hizo pensar en su ausencia...

—Marily, alguien te busca en la puerta —dejo el portátil sobre la cama 

—Voy —me levanto de la cama y me pongo unos botines.

Llego a la sala y Magenta esta sentada con un casco negro sobre sus piernas, sonrío al verla y se levanta 

—Hola ¿Cómo estás? —la saludo

—Hola, va todo bien —sonríe y pone las llaves frente a mí —Te hago entre oficialmente y... —me da el caso —Un presente que te ayudará mucho —tomo las llaves y el casco emocionada

—Gracias ¿Quieres algo de beber? —niega 

—No gracias, llego tarde a mi primera eco-grafía. Adiós —nos despedimos y se va.

¡Por fin tengo una moto! Doy brinquitos feliz y noto cómo me observa Penélope, no le comente a nadie lo que había hecho y aunque pensé en contárselo, ella no estuvo en casa...

—¿Quién era esa mujer? —bebe de su jugo sin dejar de verme

—Una conocida —respondo sin importancia

—Puedes confiar en que no correré  a contárselo a Alex-, somo amigas y siempre voy a respetar nuestras conversaciones, amenos claro que tiente contra nuestra integridad —pongo el casco en la barra al mismo tiempo que ella deja su vaso

—Es algo sin importancia —abro el refrigerador y saco el bote de leche

—Marily... Dímelo

—Bueno... Compré una moto —tomo un tazón y el cereal

—¡¿Qué?! —después de su grito escucho como tose desesperada 

—¿Te encuentras bien? —la veo y solo asiente como respuesta —Siempre me han llamado la atención y aunque no sé manejarla muy bien, vi la oportunidad y la tomé —me siento frente a ella con mi cereal en las manos

—Quiero verla —se levanta de un salto

—¿Te gustan las motos? —se detiene y me ve con cara de pocos amigos

—Las motos se ven hermosas, aunque jamás me subiré a una —su cuerpo se retuerce por el evidente escalofrío que sintió

—Bien, pero quiero dejar en claro de que hieres mis sentimientos al asegurar que nunca te subirás conmigo —dejo mi cereal a medias y agarro las llaves para mostrársela.

Ambas salimos emocionadas para ir a ver la moto, incluso Penélope presiona el botón del ascensor varias veces, salimos y suspiro satisfecha al verla....

—¡Es hermosa! —canturrea

—Cuando los documentos estén listos, entonces podré conducirla 

—¡Ah vamos! Estoy segura de que Theo podría ayudarte en eso —toca toco curiosa

—No, prefiero esperar —me hace mueca

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora