Capítulo 37

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Theo no me ha vuelto a hablar desde esa tarde dónde discutimos, tal vez fui muy hiriente, pero así es como me siento. Me tiene preocupada su ausencia, se supone que adelantó la boda y no sé cómo lo haremos si ni siquiera nos hablamos, a eso le sumo que no e tenido ánimos para hacer los preparativos de la boda, busque a Anabell para que me ayudara o al menos pudiera darme un consejo, pero sigue desaparecida, no sé absolutamente nada de ella y eso me tuvo bajo mucho estrés. Tuve que buscar la ayuda de Michelle y ella se está haciendo cargo de todo.

Luego esta Penelope y su extraño comportamiento, se ha disculpado conmigo más de una vez y no deja de preguntarme si me encuentro bien y cómoda con que ella siga viviendo conmigo, le he dicho que puede seguir quedándose aquí y que nuestra relación no está afectada por su comportamiento. Quedarme sola, solo hará que mi comportamiento sea mucho más destructivo.

—Marily, Theo acaba de llegar y te busca —dice nerviosa.

Antes de poder decirle que no lo dejara entrar, se fue, aquí vamos... Me levanto con pereza de la cama y salgo de la habitación a ver qué es lo que quiere ahora.

Me detengo frente al comedor y veo a Theo a lado de una gran caja roja, me quedo quieta esperando a que me diga que necesita.

—¿Qué es eso? —señalo la caja

—Hola cariño, también te extrañe, así que quise sorprenderte y he traído esto para ti, espero te guste —se mofa

—¿Y eso a que se debe? —cruzo mis brazos y me siento al borde de la mesa del comedor

—Por favor, ven y ábrela —pide.

Penélope nos mira a ambos y sin decir nada, pasa a mi lado yendo a su habitación; me acerco a Theo no muy convencida y abro la caja bajo su atenta mirada. Al abrirla veo una capa de papel blanco, saco la tela blanca que hay dentro...

No puede ser... Levanto la tela y ante mi cae un hermoso vestido blanco, es un vestido de novia, tiene pequeñas perlas cosidas en el escote ¡Se ve muy hermoso! Lo miro emocionada.

—¿Te gusta? —pregunta mirando el vestido

—Es hermoso, ¿Cómo no puede gustarme algo tan majestuoso? —lo guardo de nuevo en la caja

—Mi abuela usó este vestido, igual que mi madre y mi hermana, así que ahora le toca usarlo a mi futura esposa —se acerca y toca mi mano.

Siento mi corazón ir de esa manera que amo y detesto a la vez; él quiere que use este vestido que significa tanto para su familia cómo para él. No sé si me siento nerviosa por el vestido o por sentir de nuevo su suave toque..

—No entiendo para que lo has traído a hacerlo parte de esta mentira, es evidente lo significativo que es para ti y tu familia... Dármelo no estaría bien —observo el vestido y cansada de todo esto me siento.

Me ve en silencio buscando una respuesta ¿Qué habrá dentro de esa cabeza suya?.

—Mi madre quiere que lo uses el día de la boda, ya que para ella es muy valioso —el malhumor se percibe enseguida.

Aquí viene otro cambio de actitud, ya se había tardado.

—Si es lo que quiere, lo usaré, solo que habrá que hacerle unos ajustes, ya que tu madre y yo tenemos diferentes cuerpos —respondo sin dejar de verlo

—El vestido te va a quedar perfecto, ahora que ya he terminado con lo que vine a hacer, me voy —sigiloso toma algo que había escondido con el vestido y se apresura a esconderlo en su bolsillo.

¿Qué es eso? ¿Cómo no lo vi antes? No puedo dejar que se vaya y quedarme con la curiosidad; antes de que salga me acerco y me pongo frente a él.

—¿Quieres quedarte un poco más? —pregunto dudosa.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora