Capítulo 47

5.2K 491 6
                                    

El cielo se ve nublado, no hay ni una señal de que el sol saldrá; ni el sol quiere hacerme sentir bien. Miro el espejo y observo una vez más mi apariencia, las mangas bordadas dan el toque elegante y su diseño de sirena resalta las curvas de mi cuerpo. Pensé que no podría hacerlo lucir, que un diseño así solo serviría para avergonzarme, pero milagrosamente salió bien.

Theo hizo todos los preparativos necesario para que Anabell estuviera cómoda, me pareció extraño que nos trajera a la mansión, pero ya que nuestra boda se celebra hoy era lo más lógico; cuando nos quedamos a solas me pregunto si quería seguir adelante con esto y en ese momento quise detenerme, lo que menos tengo es tiempo y quiero que el que nos queda disfrutarlo con Anabell, pero nos escucho hablar y me aseguro que si me atrevía a cancelar la boda por, se iría y no la volvería a ver, así que aquí estamos, sellando la mentira de mi vida.

—Señorita Bradlye, su madre está lista —asiento y limpio la solitaria lágrimas que escapo.

Trago el nudo que estorba en mi garganta y me repongo para enfrentarme a Anabell, su amenaza fue seria y no dudo que vaya hacerlo si no la convenzo de que estoy bien. Me aseguro que días como estos no se repiten y que es mi obligación disfrutar el día más importante de mi vida. Si no fuera por Pamela y Penélope me habría pasado llorando todo el día y entonces le causaría dolor a Anabell.

Sale del guardarropa acompañada de Michelle quién la sostiene del brazo, ambas se ven hermosas, Anabell sonríe y mi corazón se agita de dolor. Lleva un bello vestido largo color azul rey, igual al de Michelle, Pamela entra junto con Penélope y emocionadas muestran sus vestidos a juego, ellas fueron quiénes escogieron el color de las damas de honor. Michelle ayuda a Anabell a llegar hasta mí y todas salen dándonos privacidad.

—No llores mi niña, hoy es tu boda y tienes que estar feliz  —rio y limpio esa lágrima de la cual no fui consciente

—Estoy bien —le miento y sonrío de nuevo 

—Te ves preciosa, así que no llores por mí, Estoy bien —ilusionada mira mi vestido —Pensé que nunca te vería vestida de novia —sus sonrisa se agranda y baja el velo cubriendo mi rostro 

—Tengo miedo —susurro y agacho la cabeza. Prometí que no vería así y es lo primero que hago 

—Yo siempre estaré a tu lado, viviré en tus recuerdos y en tu corazón —pone su mano sobre mi pecho —Pagaré mi deuda con la vida, y estoy muy agradecida por vivirla a tu lado —mis labios tiemblan y las lágrimas cómo gotas sobre el suelo

—Gracias por siempre estar a mi lado —cubro mi boca para callar este dolor

—Mi niña se hizo mujer —toma mi barbilla y la levanta hasta que sus ojos conectan con los míos —Quiero que vivas con tanto amor cómo puedas. Yo siempre voy a amarte —mis ojos se llenan de lágrimas no derramadas y a un entre ese líquido cristalino, puedo verla llorar.

Cuándo era pequeña, solía llorar por cosas tan insignificantes. Cuando me convertí en adolescente llegue a pensar que mis problemas eran gigantes y dolorosos. Cuando fui adulta pensé que mi vida era miserable, que nada podía hacerme feliz o causarme más dolor del que ya sentía, pero ahora, estando aquí todos esos problemas son insignificantes y vacíos. Ahora estoy llorando porque mi problema es inmensamente grande que no tiene solución, es difícil de soporta este dolor que no puedo aplacar con nada. 

—Es momento de iniciar una nueva vida —limpia mi rostro y se prepara para salir.

Con cada paso que doy me siento vacía y débil, me siento la peor hija del mundo; escondiendo verdaderas intenciones, llevando secretos a la que aseguro ser mi nueva vida. La melodía de entrada suena cómo eco dentro de mi cabeza, y sin saber por qué, mis pasos se detienen.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora