Por fin hoy es sábado y no trabajo; tendré el tiempo suficiente para hablar con Anabell y contarle lo que está pasando, a ella no la puedo engañar. Ayer que llegue no la encontré por ningún lado, ni tan siquiera estaba en su habitación, así que no pude decirle las cosas, ha estado actuando de manera extraña.
Me pongo unos jeans rotos y una camisa blanca, evitó los tenis y uso las pantuflas... ¿Dónde habrá estado Anabell ayer? Bajo en silencio y voy directo a la cocina, al entrar veo a Anabell parada frente a la ventana viendo a la nada, está perdida en sus pensamientos, me acerco por atrás y la abrazo, me encanta su olor a rosas.
—Buenos días Ana ¿Cómo te sientes hoy? —canturreo como niña pequeña
—Mi niña, me has asustado, bien, no te preocupes por pequeñeces —se voltea besando mi frente
—Ayer que llegue no te encontré por ningún lado —pone la taza que trae en sus manos sobre la mesa
—Salí a caminar al parque, a veces la carga de esta casa me ahoga —responde sin querer hablar más sobre el tema.
Está cansada y no puedo juzgarla, después de todo ella a dado su vida a criarme a mí y a los demás
—Ana, tengo algo que contarte —y entre la felicidad se cuela el nerviosismo
—Claro Marily, espero y ese chico que te pretende te esté tratando bien —sonríe
—De eso quiero hablar y de otras cosas... Bueno me dieron un ascenso, ahora soy supervisora y la paga es muy buena —paso mis manos por mis jeans mirando la cocina
—Que bueno ¿Qué paso con el que estaba en esa plaza? ¿También lo ascendieron? —juega con su taza
—No justamente, verás... —respiro un par de veces y me preparo para decírcelo —Pedía favores sexuales a cambio de subirlos de puesto y pues, se quiso sobrepasar conmigo y el jefe lo corrió
—¡¿Qué?! ¡No puede ser! ¿Te hizo algo? Dime quien es y yo lo pondré en su lugar —grita furiosa
—Estoy bien, gracias a Dios llegó Theo y no empeoró la situación —la intento tranquilizar
—Fue el día que llegaste temprano ¿Cierto?
—Sí, pero estoy bien, el jefe me compenso dándome su puesto, ya que no quise demandar —tomo la leche y me sirvo en el vaso
—Tenías que denunciarlo, pero que bueno que estás bien... ¿Quién es Theo? —pregunta y toma su taza
—Es el chico del que te hable, ayer salimos y me pidió que fuera su novia... Y le dije que sí —miento
—¿No es muy pronto? Tienes que conocerlo y saber si es indicado para ti
—¿Indicado para mí? O sea que nadie puede fijarse en mí por que soy fea y no tengo dinero —me pongo a la defensiva
—Sabes que no es así, no eres fea, eres todo lo que un hombre desea, es solo que no quiero que sufras por un idiota que no vale la pena —me tranquiliza
—No te preocupes, no lo hace... Y también quería decirte que, estaba pensando en irme a vivir sola; no quiero ser una carga para ti y tengo que aprender a valerme por mi misma —me mira con esa tristeza que no había notado
—Tú no eres una carga para mí, jamás lo haz sido, pero si quieres vivir sola adelante, ésta siempre será tu casa y yo estaré aquí para cuando me necesites... Quiero que seas feliz y lo estás empezando hacer —toma mi mano sobre la mesa.
Es que no quiero dejarla, pero tengo que hacerlo, solo será por un tiempo, luego podré seguir adelante y contaré con los recursos para ayudarla y que este lugar sea mejor para ella cómo para los pequeños... Sacrificaré todo por ella.
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AMOR © (Tú, simplemente).
RomanceDos almas tomadas presas del destino, con todo y nada en común, pero incluso los opuestos se atraen, de tal manera que hasta el destino sucumbe ante tanta fuerza. Al destino le encanta jugar y ver cómo luchamos contra lo inevitable, solo esperemos q...