Capítulo 27

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Quito la mirada de él y veo a Penélope que viene subiendo las escaleras; llega sonriendo feliz y toma su mojito.

—¡Me encanta este lugar! —grita eufórica

—Ya veo —mis manos sudan y las paso por mis piernas.

Siento una ansiedad incontrolable y si es la foto que nos tomamos ¿A quién se la mando? Toco mi cabeza intentando buscar una respuesta que no va a llegar por que no la tengo.

—¿Qué tienes? —pregunta Penélope preocupada

—Me acabo de tomar una foto con Alexander y creo que se la mando a alguien y tengo miedo de que sea a Theo y se moleste —susurro viendo a Alexander que se aproxima

—Tranquila, es lo que queremos, que él te vea cómo la hermosa mujer que eres —toma mi mano y llama al mesero

—Marily, espero y no les moleste que las acompañemos —dice Alexander sentándose

—No ¿Por qué debería? —suelta Penélope

—Que bien, hace un momento me llamo Theo y no pude evitar mandarle la foto para que viera lo hermosa que estás —lo miro sorprendida

—¿Por qué has hecho eso? —digo molesta

—Mi amigo es un obstinado y no le gustar aceptar las cosas, lo estimo tanto que voy hacer todo para que este bien, aunque él no quiera —su mirada se pierde en un recuerdo doloroso

—No entiendo —veo a Daniel sentarse a un lado de Penélope

—Y no lo vas hacer, no sin antes esforzarte —regresa al presente y mira a Penélope.

Todos piden mi esfuerzo, ¿Por que yo tengo que darlo todo cuando él no da nada? Miro a ambos hermanos observar a Penélope deseosos de que ella los vea, ¿Será que ambos están interesados en ella?.

No sé cuánto he bebido, pero me siento ¡Feliz! Me levanto junto a Penélope y nos dejamos llevar por la música, Alexander baila con ella y Daniel conmigo, apenas y nos tocamos, si tan solo Theo estuviera aquí para que bailara conmigo; que va un hombre cómo el bailando este tipo de canciones y en un lugar así... Daniel deja de bailar y Alexander se detiene junto a Penélope, mientras yo sigo bailando.

Siento un escalofrío recorrer mi cuerpo, mi corazón se acelera de esa manera que solo Theo provoca en mí... Doy una vuelta y veo parado a Theo a unos metros de mí, su mirada recorre cada parte de mi cuerpo y me detengo de golpe al verlo, mis manos sudan y las paso por mis piernas.

—No te detengas por mí, me encanta ver cómo tu cuerpo se mueve por sí solo, disfrutando de la canción —se acerca y mira mis labios

—Theo...

—Vamos a la pista a bailar Penélope —dice Alexander y toma a mi amiga de la mano.

Solo siento cómo pasan a mi lado, no puedo quitar la mirada de la de Theo, sus pupilas se ven dilatadas y su respiración está agitada; siento su mano deslizarse desde mi hombro hasta mi mano, sube y baja sin quitarme los ojos de encima, quito la mirada de sus ojos y veo esos, carnosos y suaves labios que poseen un exquisito sabor ¿Cuánto tiempo a pasado desde que los probé por última vez?.

—No puedo creer que estés vestida así —subo mi mirada y esta ha cambiado.

Ahí viene el Theo malhumorado; ha detenido su rose y ahora lo único que siento es el frío colarse por mis huesos, solo él puede provocar que mi cuerpo se caliente en segundos y a la misma vez enfriarlo cómo un témpano de hielo.

—Hace un momento no parecia importarte —tomo distancia y me siento tomando mi copa

—Estás ebria, por eso crees eso... Pareces una...

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora