Veo al esposo de Pamela sentado mientras Pamela coloca la comida sobre la mesa, Theo se sienta frente a él y palmea al lado de su esposo, a pesar de que tiene lujos y adornos caros, tiene su toque de calidez, se siente y huele a hogar.
—Voy a ayudar en la cocina —me acerco a él
—Claro, solo ten cuidado, la vajilla lleva años en nuestra familia —me toma por la mano acercándome a centímetros de su rostro
—No soy tan torpe cómo crees —nuestros alientos se mezclan.
Mis manos sudan y siento mi corazón latir de una manera desesperada, quiero que me bese, quiero sentir una vez más el sabor de sus labios ¿Por qué deseo tanto que me bese? Me acerco un poco más y cierro los ojos.
—Pídemelo y puede que te lo dé —susurra.
Abro los ojos sorprendida y veo sus pupilas dilatadas como si fueran dos aceitunas, solo espero que las mías no se vean así. Me enderezo e intento recomponerme todo lo que puedo, quedé en completa evidencia y más que nada, me ví desesperada. Al levantar la vista chocó con la mirada del esposo de Pamela ¿Cómo me pude olvidar de él? Fue una suerte que Pamela no nos haya visto.
—Regreso en un momento —paso mis manos por mis jeans y entró por la puerta donde vi salir a Pamela hace unos minutos.
Veo a Michelle sacar unas cosas del horno y Pamela entra justo después de mí, se sienta frente a la barra y de los platos toma lo que parecer ser una barra de chocolate
—Marily ¿Necesitas algo? —pregunta sentándose a lado de Pamela
—Vine a ayudar
—Ven un momento, queremos conocerte más —me siento frente a ellas.
La encimera de granito es hermosa, la cocina está llena de toda clase de electrodomésticos y muchas cosas que no creo saber usar.
—¿Qué quieren saber? —paso mis manos por mi jeans nerviosa
—¿Qué edad tienes? —pregunta Pamela limpiando su boca
—veintidós
—Eres muy joven aún, ¿Sabes qué edad tiene Theo? —Michelle me ve fijamente.
Mis manos sudan.
—Sí, solo son pocos años de diferencia
—Que bueno, por que hacen una buena pareja —me ofrece un pedazo de chocolate
—¿Lo crees? ¿No soy muy fea para él? —se sorprenden un poco y Michelle sonríe
—Claro. Y no eres fea, eres muy hermosa, jamás he conocido a alguien cómo tú, el color de tu cabello no es muy común, pero eso te hace especial y lo especial es bueno, por que no hay dos cómo tú —me ve con cariño y toma mi mano
—No me siento así, me siento fea y poca cosa para él —cubro mi boca.
Otra vez hablando de más, es que platicar con ellas es fácil. Son amables conmigo y no me juzgan, no me hacen menos a pesar de que ellas son preciosas, Pamela posee un buen cuerpo a pesar de estar embarazada, sus increíbles ojos grises brillan y acompañada de su cabellera rubia la hacen ver despampanante... Y luego su madre, con los mismos ojos de Pamela, pero con una cabellera igual a la de Theo, una figura que mantiene a pesar de haber tenido dos hijos, se sigue viendo hermosa; y yo no poseo nada bueno, solo tengo muchas pecas, un cabello de un color feo y un cuerpo horrible.
—No deberías expresarte así de ti, eres más que muchas mujeres con las que Theo ha salido, uno no se ve hermosa solo por poseer un buen físico o como vestimos, si no cómo nos sentimos... Los hombres no siempre se dejan llevar por el físico, algunos ven algo más —Pamela sonríe a gusto.
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AMOR © (Tú, simplemente).
RomanceDos almas tomadas presas del destino, con todo y nada en común, pero incluso los opuestos se atraen, de tal manera que hasta el destino sucumbe ante tanta fuerza. Al destino le encanta jugar y ver cómo luchamos contra lo inevitable, solo esperemos q...