Capítulo 30

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Abro los ojos y siento un dolor punzante en mi cabeza, no debí beber de esa manera, me levanto con lentitud, tomo mi móvil y veo la hora, son las ocho aún es temprano... Entro al guardarropa y tomo un vestido de manga larga color gris, unas medias negras y unos zapatos de piso negros, hoy voy a ver a la pequeña de Pamela y de ahí voy a ver a Anabell; tomo mi toalla y entro al baño, esta ducha me va a caer de maravilla.

Que baño tan más revitalizante, me siento cómo nueva, el dolor de cabeza se a calmado un poco; me visto y pongo un poco de crema en mi cuerpo, seco mi cabello con el secador y lo agarro en un moño suelto y despeinado, tomo unos aretes, el reloj de mano y encuentro una sección entre los cajones que no había visto; la abro y hay lentes de diferente diseño y colores, todos se ven hermosos ¿Será que me vea bien con lentes? voy a probarme uno, saco unos de color negro y dice Ray ban en la parte superior de un lente.

—Marily... Te ves bien, mejor de lo que esperaba verte —dice sonriendo.

Volteo y esta acostada en mi cama, me veo cómo una muerta y siento un dolor fastidioso en mi cabeza; me acuesto a su lado, tengo sueño, pero también quiero conocer a la pequeña y ver qué es eso que me esta ocultando Anabell.

—Me voy, nos vemos Penélope —me levanto y salgo de la habitación.

Entro a la cocina y tomo una manzana roja del frutero, abro la puerta... No llevo mi sudadera, mi bolso, todo se me estaba olvidando; entro al cuerto y Penélope ya no esta, entro a mi guarda ropa, tomo un bolso negro con hazas largas que son cómo cadenas, pero más pequeñas, tomo una sudadera negra y me la pongo...

—Ni pienses salir con eso —brinco del susto y volteo, esta recargada de la puerta

—¿Me veo mal? —repaso mi atuendo nuevamente

—No y sí, la sudadera no queda con ese vestido, ya que llevas un bolso formal igual que los zapatos... Lo que necesitas es una chamarra de cuero —entra y busca entre la ropa.

Me quito la sudadera y salgo buscando mi móvil, ¿Dónde dejé esa condenada cosa?... Sale Penélope del guardarropa molesta y sale de la habitación ¿A donde va? Me tiro al piso y lo busco abajo de la cama, nada ¿Dónde lo deje? Me levanto y a lo lejos lo veo en la mesilla que esta a un lado de la puerta del baño, lo guardo en mi bolso y regreso al guardarropa y saco mi cartera de el bolso pequeño.

—Esta te queda bien —entra y pone una chamarra de cuero encima de mi ropa

—Pero es tuya...

—Y yo te la presto, además solo una vez me la puse —me la pongo y me miro al espejo.

Sí que me veo bien; Penélope sonríe satisfecha.

—Gracias 

—De nada —intento abrazarla y se aleja rápido de mí mirando a la nada.

Eso fue raro, se abraza a sí misma y al darse cuenta de mi presencia ya que se perdió en un recuerdo, sonríe y sale de la habitación ¿Qué fue todo eso? Nunca la había visto reaccionar así y menos conmigo; salgo tras ella y la encuentro sentada en la sala viendo tv.

—Adiós Penélope, nos vemos al rato —tomo mis llaves y salgo

Camino al ascensor, cómo tarda... Escucho una puerta abrirse, que no sea la novia de Neithan por favor; el ascensor se abre y yo entro, al voltear veo a Neithan parado enfrente de su puerta mirándome fijamente. Es una pena que él quiera otro tipo de relación conmigo, pudimos haber sido buenos amigos.

Veo una mujer que nunca antes he visto en recepción, tal vez es nueva en este puesto; salgo y veo el día nublado ojalá y no llueva, camino a la esquina e intento parar un taxi, que fastidio voy a tener que tomarle la palabra a Theo; por fin se detiene uno y me subo, antes de que la tempestad caiga sobre mí.

AMOR © (Tú, simplemente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora