—¿Cómo? —me incorporo en el banco para mirarlo—. No lo entiendo. ¡Eso ni siquiera tiene sentido!
—En realidad sí que lo tiene. A ver, conoces a Laura, ¿no? —asiento mirándolo sin parpadear— Y conoces a tu hermano, es obvio. Sabes que si él se pilla por una, no hay quien le pare los pies, ¿verdad? —asiento de nuevo—. Y sabes que a Laura le gusta salir con muchos chicos, aunque sea simpática...
—Eh, creo que eso no lo sabía. —apunto.
—Bueno, los de primero la conocemos por eso, aunque a tu hermano nunca le importó.
—Perdona pero sigo sin entender por qué te inventaste esa historia tan absurda. ¿Cómo pudiste acabar con vuestra amistad?
—Espera que te explique. —hace una pausa y traga saliva—. Este verano no estuvo conmigo, pero eso no significa que no estuviese con nadie.
Lo miro con cara de incredulidad. No sé si creerlo o no. Quizás sólo intente arreglar lo que hizo.
—Entonces, ¿con quién estuvo?
—Estuvo con Andrés, Elena.
—¡¿Con Andrés?! —Dani asiente con las cejas arqueadas.
—¿Qué piensas que le dolería más a tu hermano, él o yo?
—Está claro que tú que eres su amigo. Y más siendo un chico guapo. —sonríe pícaramente levantando ambas cejas ante mi comentario y yo intento deshacerlo, o al menos arreglarlo— Quiero decir, no hay más que veros. —creo que no lo he arreglado. Madre mía, ¡qué difícil! Creo que es la primera vez que le digo algo parecido a mi vecino—. Dani, sois... érais amigos.
—Sí, ya sé que estuve mal y me arrepiento. Pero también sé que no va a escucharme esta vez.
En eso tiene razón. Álvaro es muy testarudo y después del daño no creo que confíe más en él. Aunque esto último no voy a decírselo, prefiero animarlo un poco.
—Nada está perdido, Dani. Deberías seguir intentando. Si Andrés consiguió a Laura, ¿por qué tú no vas a conseguir a tu amigo?
—De hecho, Laura consiguió a Andrés.
Abro los ojos tanto que parece que van a salírseme de las órbitas.
—Fue en una fiesta, en Julio. La fiesta que hizo Clara en su piscina. Laura parecía que había bebido y empezó a ligar con él, hasta que la besó. Yo estuve allí y luego descubrí que no estaba ciega, solo actuaba para ganar una apuesta, aunque luego le terminó gustando y quisieron salir juntos un tiempo. En secreto. De alguna forma tuve que hacer que cortara con Álvaro, o al revés. Ya sabes que ni tú ni yo aguantamos a esa chica, ya lo hablamos una vez, así que en Septiembre, cuando volvisteis de veranear, le conté mi historia. Funcionó durante una semana, pero luego volvieron y sentí mi amistad rota para siempre. Hasta que cortaron por última vez. —hace una pausa y sin dejar de mirar como Bobby entierra algo añade:—. Sé que está mal, Elena. Y me siento muy culpable de ello. —lo observo meter sus manos en la sudadera—. Quiero arreglarlo con mi amigo, quiero... quiero recuperar a mi hermano. Quiero que todo vuelva como antes. Joder, no sabes cuánto os echo de menos.
No puedo evitar enternecerme con la escena.
De pronto suena un timbre metalizado. Mi móvil. Lo miro y veo que es Álvaro quien me ha escrito.
'¿Dónde estás? Mamá está aqui y vamos a cenar. Ven.'
Le respondo con un corto 'Ok' y me dirijo a Dani que ya se ha enjugado las lágrimas:
—Dani, tengo que irme. Mi madre ha terminado la cena. —se levanta y silba para llamar la atención de Bobby y Maika. Entonces se me viene a la cabeza algo—. Oye, ¿no está tu madre trabajando? ¿Cenas solo en casa?
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Cartas para Irene
Teen FictionElena, a sus quince años, tiene los problemas típicos de su edad: deberes, chicos inmaduros, amigas y discusiones con su familia; y la única manera que tiene Elena para escapar de esa realidad es escribirle cartas a su hermana, Irene, que vive en el...