Jason. © (1º libro) - Editando.

Capítulo 9

Jason's POV

Decidimos ir a Teavana con Adrienna, la verdad es que yo estaba muy perdido ahí adentro, aparte, odio estar tan rodeado de gente que no conozco y que te chocan al pasar.

Estuvimos hablando mucho, nos fuimos conociendo un poco más; ella es una chica muy linda y no es para nada mimada, ni idiota, ni todas las estupideces que dije antes de conocerla.

Decidimos ir con sus hermanos, íbamos caminando lo más bien, riéndonos, jugando y contando uno que otro chiste hasta que se pone tensa y su mirada cambia a una de odio, me doy cuenta.

-¿Qué pasa, preciosa?. -pregunto observando en la misma dirección que ella.

Creo que era a esa chica con unas curvas para morirse, pero no estoy seguro.

-Nada, sólo... necesito salir de acá. -dijo mientras me agarraba del brazo y me conducía  para otro lado.

No entiendo que esta pasando.

Llegamos con sus hermanos, no hablamos en ningún momento y tampoco me soltó el brazo.
-¿Qué pasa Adri con esa cara?. -pregunta Agostino mirándola.

-Vi a Alessia. -dijo con odio.

La cara de los gemelos pasó de estar con una sonrisa a una mueca de odio.
Se pararon enseguida de donde estaban sentados, me empujaron y cada uno se puso al lado de ella.

-Es obvio que sí está ella, está Rafaello. -continuó la menor de los Ginoccio.

-Eso ya lo sabemos. Por eso nos vamos a ir ahora, no quiero tener que romperle la cara a alguien. -dijo enojado Agostino.

¿Quién será ese tal Rafaello?

Decidí no preguntar por las dudas. Vi a Adrienna y tenía algunas lágrimas por salir. Se me partió el corazón.

-Preciosa, no llores, no se quien es ese tal Rafaello, pero es un idiota. -dije abrazándola.

Ella enseguida me correspondió el abrazo. Los gemelos me quedaron viendo raro, desde que mi hermana murió, o mejor dicho, la asesinaron nunca abracé a otra mujer. Juré no hacerlo nunca.

-Gracias. -dijo limpiándose las lágrimas. Le sonreí en forma de respuesta.

Comenzamos a caminar hacia la salida del centro comercial.
Adrienna iba pegada a mi brazo y la verdad no me molestaba.

Estábamos casi saliendo cuando Amedeo se detiene a no se que y una voz desconocida por mí, nos habla.

-Miren a quien tenemos acá.. -dijo una rubia teñida y MUY operada.

Que asco

Hice una cara de disgusto apenas la vi.
Adrienna se aferró más a mi brazo. De la nada apareció un chico alto (no tanto como los gemelos y yo), ojos café y pelo marrón oscuro.

-¿Ya andas de zorra?. -le dijo el chico a Adrienna mirándola con asco.

Cuando dijo eso me hirvió la sangre.

-Yo diría que vayas dando la vuelta y te vayas con la plástica de tu novia. Te lo sugiero. -dije ya muy enojado.

-¿Vos sos? Yo estoy hablando con ella no con vos. -dijo mirándome de arriba hacia abajo. -O te comieron la lengua los ratones, Adrienna. -la rubia se rió ante ese comentario.

-Andate. -le dije mirándolo fijo.

-O si no, ¿qué?. -dijo desafiante.

Odio que me digan eso, no saben de lo que soy capaz.

No le di tiempo a nada, me abalancé contra él, le pegué una piña en el medio de la nariz, trató de sacarme de encima pero no pudo. Se estaba metiendo en terreno peligroso.

-Nadie toca lo que es mío, ¿Quedó claro?.

No le doy tiempo a contestar, le sigo pegando en la cara de niño rico y mimado que tiene.

Algunos hombres que estaban allí me separaron de él.

Escupo un poco de sangre y le digo:

-A la próxima no te salvas. -dije mirándolo con odio y asco.

Me doy cuenta de que los gemelos no están y Adrienna tampoco. Reviso mi celular y veo un mensaje de Agostino que dice:

"Nos llevamos a Adrienna a casa, no deja de llorar. Gracias por todo, nos vemos mañana."

Suspiro, paso las manos por mi pelo, saco un cigarrillo y lo prendo. Esto me ayuda a calmarme. Agarro mi celular y le contesto.

"Mandale saludos."

Voy camino hacia mi auto, lo abro, me subo y lo pongo en marcha.

Mientras voy camino hacia mi casa no dejo de pensar en como estaba Adrienna con toda esa situación y en como ese hijo de puta le habló.

Le pego al volante varias veces. Estoy demasiado enojado, pero de una cosa estoy seguro... Nadie, pero, NADIE la va a tratar así mientras yo esté.