Jason. © (1º libro) - Editando.

Capítulo 75

Adrienna's POV

-¡Vamos, chicos!. -grito de nuevo.

Nadie corre como deberían y eso me pone de los pelos.
Están agotando la poca paciencia que me queda.

-O corren como deben o les juro por mi propia vida que no van a poder sentarse por un mes completo por la patada que les voy a dar, ¿Entendido?.

Y, como arte de magia, todos comienzan a correr como nunca. Sonrío.

Anoche fue una de las mejores; tuvimos relaciones con Jason y fue lo mejor. Lo amo demasiado, no sé qué haría si él no está a mi lado.
Jason es el amor de mi vida. Estoy completamente segura de eso. Lo amo como nunca amé a nadie y tengo miedo, miedo a perderlo, ya sea física como espiritualmente. No quiero terminar con esto nunca.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Lo saco de mi bolsillo y abro el mensaje de James que tenía.

"Decile a nuestros hombres que pasado mañana no tienen permitido de venir hacia acá. Tienen que ir a nuestros almacenes a ver si todo está en orden. Después te doy los grupos con los nombres de los integrantes y la dirección de los almacenes dónde tienen que ir."

Contesto con un simple "Ok." y vuelvo a guardar el celular.

-¡Paren!. -grito y todos me hacen caso. -James me acaba de comunicar que pasado mañana no tienen permitido venir acá, tienen que ir en grupos a cada almacén que él me diga a ver si todo va más que bien.

-¿Por qué?. -pregunta uno cuyo nombre no sé.

-¿Estás cuestionando una orden de tu superior?. -lo miro levantando una ceja.

-No-no.

-Entonces no preguntes.

Todos se quedan en silencio. Suspiro.

-Vuelvan a lo que estaban haciendo, pero ahora son cinco vueltas más.

Sin decir ni "a" comienzan a correr.

Vuelve a sonar mi celular pero antes de que pueda ver quién es, Amedeo llega al lado mío.

-Hermanito. -saludo.

-Acá la más chica sos vos, así que soy hermano, no hermanito.

Ruedo los ojos y río. Él me da un breve empujón.

-James te necesita en su oficina.

Mi sonrisa se ensancha.

Amo la oficina de James.

-Pero, ¿quién los va a entrenar?. -pregunto frunciendo el ceño.

-Yo. -contesta mi hermano.

Asiento y me encamino hacia la casa de mi novio, abro la puerta y veo que Renatto está bajando las escaleras, le sonrío.

-Hola, Adrienna. -saluda.

-Hola, Rena.

-Odio que me digan así. -dice serio.