Capítulo 19

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Jason's POV

-Deberías curarte esas heridas, Jason. –dice Umberto sentado de copiloto con su computadora en las piernas.

-Deberías cerrar la boca, Bianco. –gruño.

-Se te van a infectar. –acota como si no supiera lo que puede llegar a pasar.

Paso el torso de mi mano por el labio inferior sacándome la sangre que escurre por la herida que me hizo Amedeo. Acelero más cuando noto como los autos de los gemelos van como si esto fuera una carrera. Gruño y le pego al volante.

-Se olvidaron quien es el jefe acá y eso, amigos míos, no me gusta. –acoto más para mí que para Emilio, Umberto y Gian Lucas que están en mi auto.

-Calmate. –dice Gian Lucas. –Acordate que estamos hablando de la hermana de los gemelos.

-Callate porque estoy a nada de dejarte acá o en la casa de los Brizzolara para que te maten, Rinaldi. –escupo con rabia mirándolo por dos segundos por el espejo retrovisor del auto. Veo como levanta las manos en forma de "paz."

-Solo decía que tenes que entenderlos y no ponerte en modo idiota. –vuelve a hablar.

Mala idea y mal momento para comentar, Gian Lucas.

-¿Crees que soy idiota?. –pregunto y río levemente. –Vos todavía no estabas con nosotros cuando pasó lo de mi hermana, así que cerrá la boca, Rinaldi. No sabes nada y no tenes porqué hacerlo.

-¿Tenías una hermana?. –pregunta sorprendido ignorando completamente lo que le acabo de decir.

-Si tenía y dejá de preguntar y hablar porque vas a terminar teniendo una bala en el medio de la frente. –dice Emilio con autoridad.

-¿Cómo se llamaba?. –pregunta, de nuevo.

Antes de que pueda hacer o decir algo, Umberto saca su arma, le saca el seguro y da media vuelta apoyándola en el medio de la frente de Gian Lucas.

-Vas a tener que aprender a escuchar lo que te dicen tus superiores si no queres estar muerto en un abrir y cerrar de ojos, Rinaldi. –dice Umberto serio. –Ahora cerrá la boca como te dijeron haces más de cinco minutos.

-Sí, señor. –contesta Gian Lucas.

-Te dije que no hables. –vuelve a decir Umberto.

Después de eso el viaje fue silencioso, exceptuando el ruido de las teclas al ser apretadas por los dedos de Umberto. Emilio llamó a los gemelos y les dijo que esperen porque podría ser una trampa pero como siempre los hermanos Ginoccio creen que son los dueños de todo por ser los mejores sicarios de toda la mafia italiana. Son sangrientos, torturadores, sádicos, fríos pero muy leales a mí y a mi familia, y ni hablar de la suya. Adrienna Ginoccio es la única pariente viva que tienen. Sus padres, tíos y abuelos fueron asesinados por la mafia. ¿Por qué creen que ellos son los mejores? La sed de venganza y la furia que tienen los hacen ser así. No hay nada ni nadie que los pare; ni siquiera su preciada hermana.

-Ya casi llegamos. Hice retrasar el avión de Grayson. –comenta Umberto sin dejar de mirar su computadora y seguir tecleando.

-Perfecto. –digo y acelero más a fondo quedando detrás del auto de Agostino, casi haciendo que los autos se toquen.

Esperemos que Adrienna siga viva y en buenas condiciones por el bien de Grayson.
Donatto, el padre de él, es el mejor en el negocio de tráfico de personas. A la mayoría las vende, pero muchas veces si las chicas que le llevan son hermosas, casi llegando a la perfección (según él), se las queda y las hace sus esclavas sexuales. Pobres, Donatto es un viejo asqueroso que pocas veces da la cara.
Tuve el desagrado de conocerlo varios años atrás.
El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos bruscamente haciendo que sacuda la cabeza. Lo agarro y contesto.

-Esta vez no pienso seguir una sola puta orden, Jason. -habla Amedeo. -Es mi hermana de la que estamos hablando y no pienso seguirte en esta. Esto es de nosotros, así que, quedate fuera. Vamos a matar a Grayson. -al terminar de decir todo eso cortan sin permitirme hablar por un solo segundo.

-¡No los mato!. -comienzo. -¡No los mato porque son mis mejores sicarios, sino, ya estarían muertos hace bastante!.

Umberto y Emilio sueltan una carcajada para nada disimulada; Gian Lucas, por otro lado, sigue callado y lo agradezco demasiado porque no querría ensuciar los asientos de mi auto con la sangre de ese engendro. Acelero a tal punto de chocar levemente el auto de Amedeo.

-Ya estamos por llegar, ¿No tendríamos que llamar a... no sé, refuerzos?. -pregunta Gian Lucas.

-Primero, nadie dijo que hables; segundo, no; y, tercero, es Grayson. -le contesta Emilio.

-Grayson es un idiota que cree que tiene el mundo a sus pies. -comenta Umberto antes de que Gian Lucas vuelva a hablar.

-No preg.. --

-A nadie le importa. -lo corta Emilio bruscamente.

Veo por el rabillo del ojo como Umberto saca su celular y se lo apoya en la oreja sosteniéndolo con el hombro sin dejar de teclear en la computadora. Comienza a hablar con Agostino. No le doy importancia y sigo manejando imaginándome la gran paliza que le voy a dar a Grayson. ¿Cómo estará Adrienna?. Por el bien de toda la familia del idiota ese esperemos que la hermana menor de los gemelos esté más que bien.

-¡Jason!. -escucho como me gritan. Piso el freno instantáneamente ganándome unas buenas maldiciones.

-¿Qué?. -pregunto sin entender nada.

-Los gemelos ya están en el aeropuerto y nosotros en el medio de la nada porque estabas en una nube pensando en quién sabe qué. -me regaña Emilio. Gruño.

Pongo marcha atrás y vuelvo a retomar el camino hacia dónde ahora están los hermanos Ginoccio.
Al llegar veo como los gemelos se bajan de sus autos. Me sorprendió lo rápido que llegué o lo lentos que son para ir a rescatar a su hermana. Me bajo con mi arma en mano y me encamino hacia mis amigos.

-Vamos. -es lo único que digo antes de entrar.


[...]


-¡Mataron a Grayson!. -grito con furia. -¡¿Saben las consecuencias que puede traer eso?!.

-Tenía a Adrienna. -contesta calmado Amedeo.

Suelto una gran carcajada sin una pizca de gracia y me jalo levemente el cabello.

-¿Señor?. -me llaman.

-¿Qué?. -contesto bruscamente.

-¿Dónde llevamos el cuerpo de Grayson?.

-No sé, Massimo. -suspiro. -Mándenselo a Donatto. Creo que va a querer volver a ver a su hijo adoptivo una última vez.

-¿No era que no querías hacer eso?. -pregunta Agostino cruzado de brazos.

-Guerra quieren, guerra tendrán.

Jason. ©   (1º libro) - Editando. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora