Capítulo 5

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Un tiempo después...
En la casa de la tía Carmen

Esa casa era enorme vieja, fea y polvorienta.

¿Existía a caso algún adjetivo peor con el que poder describirla?

Era horrorosa.

Todo allí era antiquísimo, todo estaba lleno de polvo y suciedad, como si aquella casa no hubiese sido limpiada desde hace muchos años - ¿¡Es que acaso no sabe que ahora, en pleno siglo veintiuno existe un aparato llamado aspiradora que conseguiría que al menos esto estuviese un pelín mejor, más habitable...?! O si acaso un plumero; que hasta mi abuela cuando era niña lo usaba... - Porque de verdad, en esa casa había polvo por doquier, por cualquier recoveco que mirases allí encontrabas. Se echaba en falta y mucho una maldita aspiradora o tan siquiera una simple escoba.

Subí las escaleras, lentamente y con precaución, de lo antiguas que eran chirriaba y balanceaba cada escalón de madera, la verdad es que parecía que eso se fuese a derrumbar de un momento a otro...

- Anda Hindana ve subiendo al piso de arriba, te enseñare tu habitación - Dijo con su maldita voz chillona de "Maruja" en un intento de ser... ¿Ser amable? Por lo que parecía no lo era muy a menudo; no se le daba bien.

- Mmm... -Eso fue todo lo que conteste, todavía estaba muy afectada y no estaba por la labor de dirigirle la palabra a nadie. Y a una borde como ella menos.

- Hindana, ¿Podrías contestar con palabras y no con ruiditos o murmuros? - Me saltó al instante. Yo negué con la cabeza y volví la vista hacia mis interesantes zapatillas.

Hola hermosas, ¿Me echaban de menos?

- Mira niñita a mi no me andes con tus tonterías, estoy harta de que te hagas la afectada y no digas ni "Mu" cada vez que te hablo y pases de mi. Eso no es forma de tratar ha la única persona que a decidido hacerse cargo de ti - Dijo entrando en cólera, realmente estaba o al menos parecía histérica -¡Mira eh! Que tú no eres la única afectada por la muerte de mi hermana... Yo la quería mucho también... - Mentira, mentira, ¡MENTIRA! nunca la quiso ni se preocupo por ella, era una interesada a la que se le daba muy bien hacer teatro.

Sin decirle nada subí las escaleras lo más rápido que pude... - No merecía que malgastará ni una palabra con ella, ni una sola gota de saliva o susurro de mis labios - Mire la escalera desde el piso de arriba - Estoy segura de que eso se va a caer algún día... Y si lo hace... ¡Ojala este la tía Carmen sobre ellas! - Dije para mis adentros.

Entre a mi nueva habitación llena de cajas... Era la ocasión de empezar una nueva vida, de afrontar todas las dificultades y de forjar nuevas metas...

¿Sería capaz?

Si.

No.

No sé...

 A través De Mi Ventana [En Edición]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora