Capítulo 26

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Mire mi dolorido tobillo y hice una mueca no muy agradable.

- ¿Seguro que estas bien Hindana...? - Preguntó Logan al percibir la mueca que había hecho.

- Si, si, todo está bien - Le contesté fingiendo una sonrisa de seguridad y volví de vuelta mi mirada a la bolsa de hielo, la cual comenzaba apretar más contra mi tobillo con el fin de aliviar ese inmenso dolor. Realmente me dolía mucho pero no quería que ninguno de ellos se preocuparan, y mucho menos por mi - Está todo bien. No tienes por qué preocuparte - Mire seria a los ojos de Logan para después mirar los de Jason - Ni tú, ni Jason. Enserio, está bien...

Jason me miro de reojo no muy satisfecho con mis respuestas. Sé que sabía de sobra que no estaba nada bien...

- ¡No la ves que está perfectamente! Deja de insistirla... - Le recrimino a Logan - Y si no, mira - En un veloz movimiento, Jason pego un brinco del sofá y en milésimas de segundo se encontraba a mi lado mirando mi tobillo dubitativamente para luego mirar mi rostro.

Y así quedo por segundos, hasta que regreso la mirada al tobillo y en un abrir y cerrar de ojos, sin pensárselo dos veces fue directo al tocarlo.

A su roce yo respondí con un grito ahogado acompañado después de otra mueca de dolor aún peor que la anterior, por la cual Logan al percatarse de esta se preocupó.

¿Es mi impresión o Jason intentaba torturarme por no haberles dicho la verdad?

Asqueroso...

- Vale, vale, no está nada bien olvídalo. Hay que llevarla al hospital pero ya, Está morado y muy hinchado - En cuanto me nombraron ese nombre mi piel cambio drásticamente de color, o al menos mi rostro, mientras que todo el calor que se agolpaba en mis mejillas desaparecía para dejar paso a un color paliducho, aunque por dentro mi sangre fuese la que hervía.

Me puse tan pálida que cualquiera pensaría que se me había presentado en aquel momento, en aquella habitación, frente a mí, algún tipo de fantasma o alma errante, o ya que estamos un vampiro, y este me hubiese chupado toda la sangre. Robado el alma. Algo así...

Logan me miro y se me acercó en menos tiempo que el pestañear.
Se agacho al lado mía, colocándose de rodillas y me miro a los ojos, su mano se movía en un silencioso y desapercibido movimiento rozando con delicadeza con mi tobillo.
Eso me provocó un escalofrío.

- ¿Hindana estas bien...? - Volvió a admirar mi tobillo - Estas muy pálida... - Regreso su mirada.

Yo no respondí nada, me había quedado sin habla, no era capaz de pronunciar ni gesticular ni una sola palabra.

- Tienes razón Jason... Necesitamos llevarla a que la vea un medico... A urgencias si eso...

Tantos recuerdos...

Tanto dolor "olvidado"

Me quedé unos minutos en silencio, cerré ambos párpados fuerte y pesadamente; peor que el plomo eran. Intentaba olvidar ese peso que caía sobre mis hombros cada vez que alguien atrevía a decir, más bien nombrar, pronunciar, o tan solo insinuar, esa palabra. Ese dolor que intentaba olvidar día a día, que me recorría por dentro, que amenazaba ya con acabar conmigo, ese que no se podía olvidar... Pero cuando parecía haber desaparecido volvía siempre para perturbarme...

Cogí aire y lo mire yo también a los ojos.

- No, no hace falta, de veras me encuentro perfectamente... - Solté un gran suspiro cerrando otra vez los pesados párpados de plomo.

- ¿Seguro? - Esta vez Jason estaba muy serio y me miraba fijamente.

- Si tranquilos, solo necesito descansar un poco ¿Me podéis ayudar... A ir a mi habitación? - Dije mirando mi tobillo que estaba morado he hinchado (Si. Al final determine que era de color morado...) - Como comprenderéis no puedo apoyar el pie...

- ¡Clar...! - Cortó Jason a Logan.

- Si - Logan se puso de pie, se deshizo de sus bolsas y me miro fijamente.

- No, no, tú estate quieto que ya has hecho bastante por hoy majete, ya la subo yo - Le rebatió Jason parándole con la mano en el pecho dándole un empujoncito leve hacia atrás.

- Jason, se lo debo por haberla tirado... - Dijo este apartando su mano y acercándose apresuradamente mi - Ven aquí pequeña - Se puso enfrente - Agarrate fuerte a mi cuello anda - Apoye una mano en la cabecera del sofá mientras Logan se agachaba dejando su cara a unos centímetros de la mía.

Me quede unos escasos segundos mirándole a los ojos, no los había vista tan de cerca...
Eran... Eran tan verdes... Un verde un tanto extraño... realmente se veía precioso.

¿De verdad me había llamado "pequeña"?

Todo es tan natural con él... Como si nos conociésemos de siempre...

Me deshice de esos raros pensamientos enseguida.

Levante mis brazos y entrelace mis dedos alrededor de su cuello, como el me había indicado.
Él paso una mano por mis piernas - Con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco perjudicial para el tobillo - Y otra por la espalda y entonces me levantó cogiéndome como los típicos recién casados que entran a su casa nueva por primera vez.

Sin mediar ninguna palabra se dirigió por el pasillo hacia las escaleras y me llevo hasta arriba, bajo mi atenta, firme y continua mirada.

Ya en mi habitación se paro frente a mi cama, acerco sus labios a mi oreja y me susurro:

- Se que no estás bien, algo te pasa, a mi no me engañas - Hablo lento, pausado y como cansado. De forma muy delicada, como si quisiera que sus palabras, su voz o ambas quedasen grabadas en mi.

Era muy tierno...
¿Tanto se preocupaba por mi? ¿Tanto se me notaba que estaba destrozada? ¿Hecha añicos?

Me dejó en mi cama y me dio un tierno golpecito en la cabeza, se acerco a la puerta y la cerro.

Y ahí se quedo todo.

Yo y mis pensamientos. Encerrados entre esas cuatro paredes...

 A través De Mi Ventana [En Edición]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora