Capítulo 20: Querido diario...

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Advertencia para fisgones:

Sea por la razón que sea por el cual has cogido este cuaderno, te recomiendo que des media vuelta, vuelvas al lugar de donde lo has cogido, lo dejes donde lo has encontrado y lo dejes ahí como si nada hubiese pasado y SIN LEER NADA si no quieres que te corte las manos con unas tijeras de podar.

Firmado:
Una Hindana muy simpática

Querido diario:

Poco a poco, casi sin darme cuenta mi vida se limitó a solo poder comunicarme con el exterior a través de una ventana, una pequeña ventana en la que paso horas enteras pensando en cómo sería estar allí fuera; oír los pájaros cantar, sentir el roce del viento en mi pálida piel, y sobre todo ir al mar, ver como es, lo que se siente al estar allí... ¿Habrá tiburones? ¿Y cómo son las medusas? ¿Es cierto que el agua esta salada? ¿Es verdad que el tacto de la arena de playa en tus pies es muy gratificante? ¿Habrá cangrejos corriendo por ahí sin rumbo fijo? ¿El sol será capaz de tostar mi piel? ¿El roce del agua producirá un tremendo frescor en mis piernas?

A todas esas preguntas tengo una sola respuesta... "No lo sé" y dirás ¿Como que no, si eso es lo más normal e insignificante del mundo no? Ir en verano a algún lugar marítimo, malgastar tus días de descanso tumbado tan ricamente en tu toalla mientras te barnizas de crema solar de la cabeza a los pies y cubres tus ojos con unas gafas oscuras de sol para evitar dañar tus ojos y un gran gorro gigante cubre tu cabeza.

Pues sí, no lo sé, nunca he estado ni estaré en aquellos maravillosos lugares paradisíacos, porque tengo miedo a salir de casa, tengo miedo a lo desconocido, a lo nuevo... Me agobia.

¿Cómo se siente estar allí fuera?
Esta pregunta sonara algo tonta pero... ¿Es verdad que los tacones resonaran más en el hormigón, es verdad que el viento te producirá escalofríos al golpear tu curtida piel, es verdad que dolería ir descalza por la calle, es cierto que los semáforos son capaces de poner orden entre peatones y conductores?

Me encantaría poder, mejor dicho, ser capaz de comprobar si todas esas teorías y más son ciertas...

Recuerdo que una vez salí, tendría alrededor de quince años, mi tía y yo teníamos que ir a por unos papeleos de no sé que, ese día me dio un ataque de ansiedad tan TAN grande que me dio un intenso mareo y caí inconsciente al suelo, por lo que llamaron lo más rápido posible a una ambulancia, y me llevaron a urgencias.
Ya ahí y después de haberme recuperado me fui gracias al "Alta voluntaria", ya que no pensaba quedarme en el sitio en el cual se le fue arrebatada la vida a mi madre.

Eso era un calvicio para mí.
Y nadie ni mi tía, ni los médicos, entendían el por que de mi temerosa actitud y comportamiento en aquel lugar.

Después de eso me encerré en casa y no volví a salir, Me prometí juré y perjuré no repetir esa estupidez nunca más. Ya que a veces el exterior puede ser un arma de doble filo, tanto acogedor como aterrador, Con tantas cosas buenas como malas...

Y yo ya había visto las dos caras de esa moneda y decidí quedarme solo con lo malo.

Por eso yo, Hindana Wang Muller juro solemnemente que haré lo que haga falta con tal de no salir de casa.

Mi vida es como estar en una caja de cartón con una sola ventana.
Desde ella pues ver todo lo que pasa fuera de la caja, pero los que se encuentras fuera no pueden verte, ni tú puedes salir de ella... Nada ni nadie puede dañarte...

Mi única vía de escape es la ventana; A través de ella veo el mundo... MI MUNDO... A mi manera, según mis pensamientos..

"A través de mi ventana"

Postdata: me voy a la cama.

 A través De Mi Ventana [En Edición]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora