Desperté en una de las camas de esos malditos, asquerosos y repugnantes hospitales. Lo único que sabía, - Porque recordar no recordaba nada - Es que había roto todos espejos del baño del concierto - Que le den a los espejos-En verdad me alegro. Me alegro y mucho. Demasiado de no acordarme de nada la verdad. Prefiero vivir en la mentira que en la maldita realidad.
Tenía las manos vendadas debido a que acabe con todos los nudillos magullados y con más de un trozo de cristal incrustado en estos - Los que "supuesta mente" me quito una enfermera mientras dormía - Aun noto alguno que otro presionándome la piel... También tenía la cara bastante morada la verdad.
Al parecer me había dado un ataque de ansiedad justo después de la noticia de la muerte "repentina" de mi madre.
Algo muy normal en mi en circunstancias complicadas según todos los señores y señoras que me han visitado una y mil veces repitiéndome un y otra vez lo mismo.
Después de destrozar todos los espejos del baño me había caído inconsciente al suelo debido a la tensión acumulada. Por "suerte", Rachel y Clara acudieron justo a tiempo para verme caer inconsciente y poder llamar a una ambulancia.
¿Que donde estaban ahora?
Cual ratas de alcantarilla. Posiblemente habían cogido el primer avión con dirección a Australia, Francia, Brasil o cualquier otro sitio... Y se habrían teñido el pelo y cambiado de nombre, para evitar que las reconociera cuando fuese a buscarlas y echarle en cara a ambas que eran unas malditas cobardes y que eso no hacen las verdaderas amigas... abandonar a otra en un puñetero hospital y no contestar a los mensajes ni llamadas, ni mucho menos dar señales de vida, no querer saber nada más de ella...
Vale... Acabó de contestarme yo misma a mis dudas. No eran verdaderas amigas...
Duele más el corazón, que mi estado físico ahora mismo...
Solo llamaron a la ambulancia y desaparecieron encerrándose en esas malditas cuevas llenas de basura y moho a las que llamaban "Casa" con sus pociones, calderos, gorros, escobas y verrugas de brujas.
¡Estúpidas! ¡Cobardes! ¡Brujas verdes!
Lo único que debo a agradecer a los médicos es que no me hayan llegado a contar toda la historia, ya que no la quiero ni oír, ni saber, ni nada por el estilo.., Nada, no quiero nada de nada.
Solo se, que mi madre a fallecido debido a que los médicos se equivocaron y le dieron la medicación y la dosis equivocada de medicamento.
¡¿Por que existen médicos tan Gilipollas, Inútiles, Incompetentes...?!
Si, perdón por la expresión, pero es la verdad...
Ellos se llevaron la vida de mi madre ¿Porque debía guardarles un respeto?Al rato de estar en el hospital me quede dormida en la cama de la habitación, que me habían asignado, debía quedarme allí unos días para guardar reposo y que los médicos me tuvieran vigilada, aunque yo me quería ir lo antes posible, desde ahora
¡ODIO a los médicos!
Repito: ¡ODIO A LOS MALDITOS MÉDICOS!
Me cuesta mucho asimilarlo... No puede ser verdad... No puede haber ocurrido... NO PUEDE SER ¡ME NIEGO A ACEPTAR QUE SEA VERDAD!
Y ahora me pregunto yo.
¿Es normal tener miedo en estas situaciones? ¿Tener miedo a darme cuenta de la realidad? ¿De despertar cada día y darte de morros con ella y que el dolor te inunde por siempre? ¿A no saber que me deparará el futuro a partir de ahora?
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A través De Mi Ventana [En Edición]
Teen Fiction- Estoy cansado de ser yo quien responda siempre a tus preguntas ¿No crees que esta vez te toca a ti? - El chico alzó la cabeza hacia el blanco techo perdiendo en este su mirada. - ¿Que quieres saber? - Curioseo la chica. - Solo tres preguntas - El...