Capítulo 43

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Hace ya tres días desde el último desmayo de Logan. No volvimos a hablar de aquella noche, por lo que parece ninguno de los dos queremos ni tenemos intención de recordar lo ocurrido...

El otro día llamó un médico al teléfono de casa - Si, por suerte ya lo arreglaron -- pero nada más cogerlo apareció Logan por la puerta y me quito el móvil; luego le pregunte si sabían algo de lo del desmayo, pero él insiste siempre en que no es nada.

Pero a mí me preocupa.

- ¡Hindana! ¡Baja ya o llegarás tarde! - ¡Ostras! No me acordaba... Quede hoy con la chica esa que me ayudó el otro día con lo de Logan. Se llama Baely o eso creo que me dijo, aquel no fue un buen día para conocer a alguien...

- ¡Ya voy un momento! – Grito llevándome las manos a ambos lados de la boca.

Haber repasemos... Son las diez menos cuarto de la noche, hemos quedado a las once para cenar en el restaurante " La Vil-Leta" - Si, lo sé, tiene un nombre muy raro, pero Baely y Logan coincidieron en que allí se comía muy bien. - ¿Hindana o bajas ya o tendré que subir a buscarte?

- ¡No espera, sólo me faltan los tacones! - Si, es extraño, nunca había ido a cenar a un restaurante ni había utilizado tacones en mí vida, pero el otro día cuando estaba con Baely de compras (La verdad es que nos llevamos muy bien) dijo que me quedarían bien, así que la hice caso.

Me calce los tacones y empecé a bajar los escalones pero me pare en el antepenúltimo escalón.

- Estás preciosa - Esboza una sonrisa y me mira otra vez de arriba abajo, me estaba poniendo un poco nerviosa la manera en la que me miraba.

Llevaba un vestido color beis - Creo que es ese el color - O bueno, color crema o no se... No era uno de esos vestidos que se podían catalogar como "Deslumbrante!, es más, era normalito, llevaba la falda en estilo "Campana" como digo yo, y era de manga larga - Aquí por la noche aunque sea verano hace frío - Pero sí que se ajustaba bien a mi cintura.

- Eh... Gracias... – Creo que me sonrojé un poco... - ¿Nos vamos ya? - Coloqué un mechón detrás de mi oreja y recoloqué la falda del vestido.

Baje los últimos escalones y me posicione a la altura de Logan, él es más alto que yo, pero hoy al llevar tacones daba la sensación de que éramos de la misma altura, y eso me produjo una carcajada.

- Cuanto has creció ¡Ehhh, enana! - me guiñó un ojo y se rió divertido - Sube al coche anda - No me había dado cuenta, y entre que me reía y pensaba en lo mío, habíamos llegado al coche.

Abrí la puerta, entre y me senté en el asiento del copiloto.

(...)

El trayecto transcurrió en un completo e incómodo silencio.

- ¡Hola Hindi! - Ese nombre me produjo escalofríos y extraños pensamientos, pero los aparté de mi mente enseguida.

Baely corrió hacia nosotros y cuando llegó a nuestro lado se abalanzó sobre mí para abrazarme, cosa que me pilló por sorpresa y me obligó a dar unos pasos hacia atrás para no perder el equilibrio y caer al suelo (Y más con estos tacones...)

Cuando ya me estabilice le di dos besos; uno en cada mejilla, a los que ella respondió igual.

- Yo también me alegro de verte - Esbocé una gran sonrisa mientras la volvía a abrazar.

Baely giro sobre sus tacones y miro a Logan confundida.

- Tú debes de ser el chico que se desmayó ¿No es así? - Realmente Baely daba miedo, parecía que le estaba comiendo con los ojos.

Sin darme cuenta sonreí como los tontos por lo que acababa de decir en mi mente.

Logan se llevó una mano a la nuca y se revolvió el pelo.

El iba vestido de traje negro a juego con sus zapatos. Lo único que llevaba como cualquier día normal era el pelo, que estaba tan rebelde como siempre.

- Si, ese debo de ser yo - Me miró por unos instantes y luego la dedicó una sonrisa divertida - Y tú debes de ser Baely ¿No? - Esta se apresuró a darle dos besos pero Logan se le adelantó y cogió su mano, depositándole a si un beso.

- Encantado Baely, además de ser el que se desmaya soy logan 3- Este retiro su rostro de la mano de Baely. Ella iba con un vestido rojo que resaltaba perfectamente sus curvas, que elegimos ayer las dos, ya que dudaba entre uno morado o este. Un collar dorado y unos pendientes de aro preciosos.

- Encantada de conocerte Logan.

Me miré a mí de arriba abajo, yo iba más sencilla, tan solo llevaba mi vestido color beis o crema, una mini medallita junto a unos pendientes de bolas doradas, ¡Ah! y bueno, unos tacones de color carne con flecos tirando a dorado.

Realmente no me podía comparar con ella. Aunque fuésemos de la misma edad -Vamos dieciocho - Ella tenía más curvas, más culo y más de todo.

Vale es ridículo, no sé porque pienso en esto.

- Vamos Hindana, ¿No querrás quedarte en la puerta del restaurante parada toda la vida? ¿No? - Dijo Baely divertida.

- Las damas primero - Dijo Logan abriéndonos la puerta permitiéndonos pasar, nunca le había visto comportarse de esa forma. Debe de ser que no le conozco tanto como yo creía...

Baely enroscó su brazo con el mío y tiro de mí; una vez dentro se separó de mí lado.

- No me habías dicho que el que se desmayo era tan... ¡Extremadamente guapo! - Me susurró acompañada de una gran sonrisa de lado a lado. Yo reí como una tonta. No sabía que contestarla.

- Eh... Si bueno - Decidí dejar de prestar atención a Baely y mirar el lujoso restaurante en el que estábamos. Realmente se veía precioso.

- Hola buenas noches, ¿Tenéis reserva? - Una jovencita morena y bajita nos preguntaba por la reserva, y que yo sepa no teníamos ninguna.

- Si por supuesto.

- ¿A nombre de quién?

- Del mío Baely.

- Emmm... Espera que mire... - La chiquita reviso unos papeles seria pero apenas unos minutos después sonrió.

- Si aquí está Baely. Vengan por aquí. La chica nos guió hasta una mesa y allí nos sentamos.

No entendía porque pero tenía la sensación de que esta cena se me iba a hacer muy, muy larga.

 A través De Mi Ventana [En Edición]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora