NARRA OWEN:
— ¿Les comió la lengua un tiburón? —rió a carcajadas.
Creo que en ese momento a Grace y a mi se nos fue toda la sangre hasta los pies. Miré detenidamente al chico, aún seguía un poco empapado de su ropa; vestía una chaqueta y camisa negra, con unos botines del mismo color y levis oscuros.
Sus ojos nos taladraban y ahí es donde pude presenciar el color de éstos. Cafés. ¿Que no hace tan solo unos minutos eran negros?
— ¿Qué quieres? —le pregunté con voz firme, aunque en realidad mi cuerpo decía otra cosa, temblaba de pies a cabeza haciéndome parecer insegura de mis acciones. Temía que en cualquier momento me diera un puñetazo cobrándose así lo de hace rato. Tenía miles de preguntas formuladas en mi cabeza, pero de mi boca no salía ni una.
— ¿Oh? ¡Vaya! ¡Al parecer si pueden hablar! —dijo el chico, fingiendo estar asombrado. — Contigo nada, preciosa. —continuó, guiñándome un ojo, que me provocó solamente náuseas. — Pero con tu amiga en cambio... —se volteó a Grace, la miraba de arriba a abajo e inspeccionaba cada parte de ella como si estuviera estudiándola, tal como si de un animal en peligro de extinción se tratara pero al mismo tiempo como si fuera el ser más aburrido y común que pudiese existir en la Tierra. No sabía en qué podía estar pensando. Sus expresiones solo me confundían más.
Grace temblaba.
El chico tomó su muñeca antes de que yo pudiera si quiera parpadear.NARRA GRACE:
— Tu vendrás conmigo. —dijo el chico con una perversa sonrisa de oreja a oreja en el rostro. — Veamos como reacciona el marica futuro Rey del Mar. —tomó mis mejillas, estrujandolas fuertemente con su mano y elevando mi rostro, obligándome a mirarlo.
¿De quién está hablando? ¿El futuro Rey del Mar? ¿Que tengo que ver yo con esa persona? No entiendo, ¡no entiendo nada de lo que está pasando! Tengo miedo, siento una opresión fuerte en el pecho y eso me dificulta cada vez más el respirar. Pero antes de que pueda decir o hacer algo alguien me llama.
— ¿Grace? ¿Owen? —preguntó aquella voz femenina de una señora mayor que conocía muy bien.
— ¡Abuela! —grité nerviosa tratando de pedir ayuda, pero al mismo tiempo solo quería que volviera adentro de la casa, al parecer ella no fue con los demás de mi familia a comer con ellos. Temía que algo le pudiera hacer el pelinegro a mi abuela.
El chico me soltó automáticamente, yo creo que fue por la presencia de mi abuela, podría ser un testigo, aunque eso no tiene sentido, bien puede lastimarnos a nosotras tres si así él quiere sin importar nada.
— Es tiempo de volver a casa, Grace. —propuso mi abuela seriamente. — Buenas tardes Owen, deberías de hacer lo mismo, tus padres han de estar esperándote, no los hagas preocupar. —dijo, con una alarmante naturalidad en el tono de su voz.
— ¡S-Sí! Con permiso... —contestó evidentemente nerviosa Owen. Se veía aliviada, al parecer la presencia de mi abuela sí tuvo impacto frente a este chico pues no siguió actuando raro y todo este tiempo permaneció serio. — Hasta luego Grace. —susurró esto último, comunicándose con la mirada conmigo. Nos llamaríamos una vez que el pelinegro se retirase y estuviésemos seguras en nuestras casas.
— ¿Oh? ¿Se le ofrece algo jovencito? —le preguntó mi abuela al chico.
El pelinegro la miró, desafiante, y luego volvió su vista a mi. En algo pensaba, podías leerlo en su cara, como si estuviera debatiéndose entre hacer una cosa o no. Finalmente no hizo o dijo nada.
El chico se retiró, ignorando la pregunta de mi abuela. Estaba molesto, podía sentirlo. Sus planes no salieron como se los planteó. Pero esto no quiere decir que vaya a desistir, ¿o sí?
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S U M E R G I D A
Teen Fiction¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense en este relato, únicamente aquellos que de su ignorancia deseen salir. Descubran cómo dos especies, n...